Punto Ciego

Claudia como Nicias

Nicias fue un estratega como ningún otro, principalmente era un hombre que entendía que la paciencia podía ser más letal que una lanza, y es que destacaba por su capacidad de entender con eficacia los escenarios que tenía ante sí, antes de tomar una decisión

Claudia como Nicias
Foto: El Heraldo de México

Nicias fue un político, militar y general de la antigua Atenas, vivió aproximadamente en el siglo V a.C. y murió en el 413 a.C. Nicias no era un guerrero al cual se le temiera por su ferocidad, no era un gran orador, ni era de esos que buscaban la gloria en el campo de batalla, lo que si fue Nicias, fue un estratega como ningún otro, principalmente era un hombre que entendía que la paciencia podía ser más letal que una lanza, y es que destacaba por su capacidad de entender con eficacia los escenarios que tenía ante sí, antes de tomar una decisión. En aquel tiempo Atenas estaba en guerra contra Esparta, y aunque sabía que su pueblo podía resistir, estaba consciente que cada batalla la desgastaba más. La guerra del Peloponeso tenía a Grecia al borde del colapso, con miles de bajas y pérdidas millonarias. En lugar de lanzar otra campaña que terminaría por sumir en la desgracia aún más a su pueblo, Nicias hizo un movimiento osado, impensable y criticado: negociar. Convenció a Esparta de firmar un tratado de paz. Nunca fue un acto de rendición, sino una jugada maestra. La paz de Nicias, finalmente fue firmada y aunque no puso un final definitivo a la guerra, sí le dio a Atenas un respiro, y con ello una oportunidad para recomponerse.

En su momento a Nicias lo criticaron, no lo comprendieron, y no faltó quien lo llamara cobarde, tampoco faltó quienes querían pelea, pero para Nicias la verdadera victoria no estaba en derrotar al enemigo, sino en evitar el desastre antes de que no exista vuelta atrás.

La presidenta Claudia Sheinbaum al igual que Nicias, en un momento clave, en medio de una guerra y viendo ante sus ojos un posible desastre financiero y político, se mostró cauta, calculadora observadora, fría, pero principalmente aguzada en su maniobra para resistir el embate del presidente Trump cuando firmó una orden ejecutiva que ordenaba subir un 25% los aranceles a productos mexicanos. Obviamente no faltaron los carentes de neuronas que exigían una pelea, los que la llamaron servil, y los que no se cansaron de menospreciar sus acuerdos, más por machismo, por enojo sistemático o por idiotez, sin embargo, una vez que la negociación se dio en buenos términos, Trump salió a elogiarla, a pausar la pretensión de subir los aranceles, y a anunciar los acuerdos tomados.

El primer síntoma que se dio después de la excelente negociación fue la apreciación del peso, de ahí siguieron mensajes de apoyo de propios, de comentaristas y opinólogos pesimistas, felicitaciones de políticos de la oposición, y lideres de otros países.

En resumen, Claudia como Nicias se lució, y gracias a eso es que hoy podemos decir con una sonrisa en nuestras carteras que la Presidenta supo manejar con entereza la situación, que supo torear al político bully que tiene a Canadá, China, la Unión Europea y a los socios del Brics haciendo maniobras para evitar que los desestabilice.

Gustavo Petro de Colombia es el más claro ejemplo de torpeza diplomática y política. Justin Trudeau es el más bulleado de todos, y aunque en términos reales, también logró detener las medidas arancelarias impuestas, su triunfo huele a derrota, porque se enfrascó en una lucha que pudo evitarse sabiendo negociar.

Reenviado
“El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”.
- Sun Tzu, El arte de la guerra.

Por Daniel Santos Flores

 

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