Los últimos días han sido de intenso trabajo para el gabinete presidencial, especialmente en las áreas encargadas de la relación con Estados Unidos.
No es para menos. La próxima semana se cumple un mes desde que Donald Trump y Claudia Sheinbaum acordaron una pausa para analizar la imposición de aranceles.
Sin embargo, las amenazas del estadounidense son constantes, lo que ha generado una preocupación real en el gobierno mexicano por el desenlace de este capítulo.
Aunque una cosa es el discurso y otra lo que ocurre en privado. En los últimos días, por ejemplo, ha habido innumerables llamadas telefónicas y reuniones virtuales entre funcionarios de ambos países.
El subsecretario de Comercio Exterior, Rosendo Gutiérrez, viajará en las próximas horas a Washington para revisar algunos detalles, y no se descarta que el propio Marcelo Ebrard haga lo mismo antes del 4 de marzo, fecha en la que vence la pausa.
Paralelamente, Omar García Harfuch mantiene comunicación directa con los responsables de seguridad en Estados Unidos, con quienes intercambia información sobre operativos, arrestos y decomisos.
En el tema migratorio, llevan la batuta la Secretaría de Gobernación, de Rosa Icela Rodríguez, y el canciller Juan Ramón de la Fuente, quienes entregan un reporte diario sobre el estatus de repatriados y detenciones.
Todo esto lo hace el gobierno para demostrarle a Trump que hay un trabajo constante. Sin embargo, hay indicios de que todavía no está satisfecho.
De acuerdo con un alto funcionario de México, el magnate busca ejercer presión porque considera que existe un desequilibrio en la relación comercial.
Le preocupa la relación de México con China y la posibilidad de que permita la invasión de mercados con productos de bajo costo y muy mala calidad.
Considera que esto representa una competencia desleal. Cree que México se está prestando a ese juego.
Uno de los objetivos de la administración Sheinbaum es dejar en claro que el país no es el problema, sino parte de la solución. Prueba de ello es el registro histórico de sanciones impuestas por México a importaciones chinas.
En este contexto, la Presidenta espera que la situación no escale y que la amenaza de la reciprocidad arancelaria no se materialice, algo que, según dijo, podría resolverse con una llamada telefónica.
***
EN CADA GIRA PRESIDENCIAL, ESTEBAN VILLEGAS aparece con un chaleco más guinda que los de Morena. Da la impresión de que el gobernador de Durango busca afanosamente quedar bien con la presidenta Sheinbaum.
Eso sí, no se ha comprometido públicamente a respetar el resultado de la elección para renovar las 39 alcaldías el próximo 1 de junio. ¿Será porque las encuestas no favorecen a su partido?
A eso hay que sumarle que el alcalde de la capital, Toño Ochoa, quien se perfila para buscar la reelección por la alianza PRI-PAN, no ha entregado buenas cuentas y, tiro por viaje, lo encuentran en la fiesta.
Eso último no tendría nada de malo, el problema radica en que las encuestas favorecen a Morena, PT y el Verde, lo que pone en riesgo al gobernador, al alcalde y a sus partidos. Pueden perder sus parcelas de poder.
***
PARA MORENISTAS DE LA CDMX, su dirigente local, Héctor Díaz- Polanco, más que punto de apoyo se ha convertido en una piedra en el zapato.
Lleva tres meses en el cargo y ya le surgieron malquerientes. Aunque dicen que no se deja ayudar mucho.
Durante sus giras por la capital ha mostrado menosprecio por dirigentes locales. Evita que tomen la palabra o hasta que suban a los templetes, como en Venustiano Carranza, en donde no dejó hablar a Julio César Moreno, hecho que terminó a gritos y sillazos.
***
Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “México y Estados Unidos son como una pareja dispareja: uno grita, el otro aguanta, pero al final no se pueden separar”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
PAL