Columna Invitada

Mujeres, desnuclearización y el Tratado de Tlatelolco

El debate suele centrarse en connotaciones estratégicas y deja de lado implicaciones en sectores vulnerables

Mujeres, desnuclearización y el Tratado de Tlatelolco
María Elena Orantes López / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Hace 63 años, la Unión Soviética, con el apoyo del gobierno de Cuba, desplegó misiles balísticos en territorio de ese país. Aunque la finalidad era disuadir a Estados Unidos de retirar sus misiles nucleares en Turquía, este episodio se convirtió en el más álgido de la Guerra Fría. En respuesta, y por iniciativa de México, el 14 de febrero de 1967 se firmó el Tratado de Tlatelolco que convirtió a América Latina en una zona libre de armas nucleares. Sin embargo, el debate de la desnuclearización suele centrarse en connotaciones estratégicas y deja de lado implicaciones en sectores vulnerables como las mujeres. 

El desarme nuclear no puede analizarse de manera aislada de los efectos que tiene sobre las mujeres porque enfrentan consecuencias desproporcionadas. ¿Cómo es que el desarme nuclear se relaciona con las mujeres? De varias formas, pero me interesa abordar tres puntos medulares que están vinculados: primero, mujeres como víctimas; segundo, ausencia de mujeres en la diplomacia multilateral; y tercero, mujeres como agentes de cambio. 

Respecto a las mujeres como víctimas, los casos de Hiroshima y Nagasaki junto con el desastre nuclear de Chernóbil, han demostrado que las mujeres, en especial las niñas que han sido expuestas a la radiación son más propensas a desarrollar cáncer -principalmente de tiroides- que los hombres. Sin mencionar que las mujeres embarazadas pueden dar a luz a niños con malformaciones físicas, mortinatos y existe una alta probabilidad de mortalidad materna, de acuerdo con International Campaign to Abolish Nuclear Weapons (ICAN). 

A pesar de lo anterior y de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU que incentiva la participación de las mujeres en los esfuerzos de paz, la presencia femenina en este campo sigue siendo insuficiente. Por ejemplo, el Council on Foreign Relations estimó que en 2022 tan solo el 16% de los negociadores de paz fueron mujeres. No obstante, las mujeres son agentes de cambio y su participación en los acuerdos de paz lejos de restar, robustece su arquitectura. Está comprobado que la participación de las mujeres aumenta en un 35% la probabilidad de que un acuerdo de paz dure al menos 15 años, además un estudio en el que se analizaron 40 casos desde el final de la Guerra Fría demostró que la participación de las mujeres en las negociaciones incrementa la probabilidad de consumar un acuerdo que cuando tienen un papel pasivo en la negociación, según el International Peace Institute (IPI).

POR MTRA. MARÍA ELENA ORANTES

CÓNSUL GENERAL DE MÉXICO EN HOUSTON, EMPRESARIA MEXICANA  Y PRESIDENTA INTERNACIONAL DE 50+1.

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