El acceso al agua potable en México enfrenta desafíos críticos que van más allá de la sequía y el cambio climático. La falta de infraestructura eficiente y la corrupción han generado un mercado negro del agua, donde pipas ilegales lucran con la escasez, mientras millones de ciudadanos siguen sin acceso seguro al recurso.
El operativo del año pasado en Tlalpan, donde el gobierno capitalino clausuró una toma irregular y aseguró cuatro pipas con capacidad total de 50 mil litros, utilizadas para la distribución clandestina de agua, es solo la punta del iceberg de una problemática estructural. El huachicoleo de agua no es un fenómeno aislado, puesto que se ha convertido en una industria paralela que se aprovecha de la falta de suministro en diversas regiones. En la Ciudad de México, la crisis se agudiza por la sobreexplotación de los acuíferos y la mala gestión de la red hidráulica.
Durante 2023, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), encabezado actualmente por José Mario Esparza Hernández, reportó más de 200 tomas irregulares, de las cuales 24 fueron clausuradas. Aunque las autoridades han prometido endurecer penas y reforzar operativos, esto no soluciona el problema de fondo: la dependencia de millones de personas a un sistema ineficiente. Mientras el sector público lucha por contener el problema, la Iniciativa Privada ha tomado la delantera con innovaciones que garantizan acceso al agua potable sin depender de pipas o garrafones. Empresas como Rotoplas, que encabeza Guillermo Aguado en la marca de purificadores domésticos, han desarrollado soluciones tecnológicas como los purificadores de agua, que eliminan bacterias, virus y metales pesados sin necesidad de recurrir a envases plásticos, ni depender de la calidad irregular del agua de la red.
Los sistemas de purificación en casa no sólo representan una alternativa más segura para la salud, sino que también reducen los costos para las familias, que hoy destinan un porcentaje significativo de sus ingresos a la compra de agua embotellada. La falta de inversión en infraestructura hídrica es un problema que se arrastra desde hace décadas. Además de combatir el huachicoleo con operativos, el gobierno podría enfocar algunos esfuerzos en modernizar la red de distribución, impulsar la captación de agua de lluvia y fomentar el uso de tecnologías de purificación a nivel doméstico. La inseguridad hídrica no solo es un tema de disponibilidad, sino de equidad y es que el agua no debería ser un privilegio accesible solo para quienes pueden pagarla en el mercado negro.
A OTRA COSA
Mientras que en la Cámara de Senadores se detuvo la discusión en comisiones de la iniciativa de ley de cobranza delegada, el último clavo al ataúd de esta propuesta retomada de 2022 lo puso la propia presidenta de la República Claudia Sheinbaum, al señalar que, de aprobarse, ella la vetaría.
POR JAIME NÚÑEZ
X: @JANUPI
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