Dentro de unos días, el 31 de enero, se llega a la fecha límite para el registro de nuevas fuerzas políticas que buscan jugársela (si les dan luz verde) en las elecciones intermedias de 2027. No la tienen fácil.
El primer escollo es alcanzar poco más de 256 mil personas afiliadas y registradas mediante una aplicación móvil, además de realizar 200 asambleas distritales con una participación de al menos 300 asistentes o 20 estatales con una participación de al menos 3 mil asistentes. Esta primera garita, representa un reto en sí mismo, teniendo en cuenta que al día de hoy, son muy pocas las figuras políticas que generen un arrastre importante entre la ciudadanía.
El segundo obstáculo, es el de la sociedad mexicana, harta de los actores políticos de siempre. Las propuestas sobre la mesa no parecen nuevas alternativas políticas, son solamente un puñado de exfuncionarios, expolíticos e intelectuales que no hallaron su lugar en el actual el régimen, ya sea por inconformidad o por incompatibilidad; o como el caso del PRD, que perdieron su registro al no poder contener el tsunami morenista.
Los partidos se han ganado a pulso el repudio de la sociedad y la enorme mayoría los ven como una carga. Por eso, el futuro de estas organizaciones se ve cuesta arriba, en un ambiente polarizado y con la maquinaria de Morena y el gobierno que han sido un éxito electoral.
Por ejemplo, tenemos al Frente Cívico, que busca obtener su registro como partido bajo el nombre de Somos México, y son nada más y nada menos los sobrevivientes de la “Marea Rosa”. Está conformado en su mayoría por ex militantes del PAN, PRI y PRD, destacándose perfiles conocidos como Emilio Álvarez Icaza, Beatriz Pagés, Cecilia Soto, Guadalupe Acosta Naranjo, Fernando Belaunzarán, y Edmundo Jacobo, exsecretario ejecutivo del INE.
La otra opción que se destaca por su presencia mediática es “Viva México”, promovida por Eduardo Verástegui, actor y empresario, que intentó contender por la vía independiente a la presidencia en 2024, y que hoy forma parte del círculo más cercano de Donald Trump. La agenda de “Viva México” se inscribe en la tendencia de la ultraderecha que recorre al mundo y se opone al aborto, a la adopción de personas del mismo sexo, el matrimonio igualitario y la eutanasia.
En la misma línea, también se encuentra una organización que se dice afín ni mas ni menos que a Donald Trump. Se llama “México Republicano” con amplios nexos con el “Yunque”, esa organización ultraderechista vinculada por muchos años al PAN. La fundación "Justicia y Paz, Apoyo para la Familia" que aglutina a más de 100 mil cristianos evangélicos, será sustento de este proyecto político.
También busca el registro “México Nuevo Paz y Futuro” de Ulises Ruiz, exgobernador priista de Oaxaca.
¡Qué opciones! El electorado mexicano se encuentra con un panorama poco novedoso en las posibles nuevas fuerzas políticas. Felicidad para Morena.
POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ
COLABORADOR
@CARLOSZUP
MAAZ