Columna invitada

Trump siendo Trump

De hecho, irónicamente propuso a su vez cambiar el nombre de la región de América del Norte por “América Mexicana”, pues se oye bonito, declaró

Trump siendo Trump
Eduardo Macías Garrido / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Donald Trump siempre será el mismo pendenciero que hemos conocido, aquel que a la menor provocación descalifica y trata de intimidar a todo lo que en su mente imaginaria considera un enemigo.

Ahora resulta que el presidente electo de los Estados Unidos quiere renombrar el Golfo de México por el de “Golfo de América”. No acaba de anunciar una ocurrencia cuando a los pocos días viene otra, la pregunta es: ¿y ahora cuál es la que sigue?

Qué bueno que la mandataria federal, Claudia Sheinbaum, le respondió, y señaló que el Golfo de México es reconocido internacionalmente por instancias como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

De hecho, irónicamente propuso a su vez cambiar el nombre de la región de América del Norte por “América Mexicana”, pues se oye bonito, declaró.

Incluso, y a manera de burla, señaló que el presidente norteamericano está mal informado, ya que parecería que le dijeron que en México todavía gobernaban Felipe Calderón y Genaro García Luna y no el pueblo.

Ha declarado también que México tiene que detener a millones de personas (migrantes) que buscan entrar de manera ilegal a Estados Unidos, y de ahí las amenazas trasnochadas del mandatario de imponer el 25% de aranceles a los productos mexicanos.

Ante esto, la presidenta mexicana, nuevamente, no se preocupa, se ocupa, y por eso pidió a los cónsules de México en Estados Unidos estar cerca de los connacionales, redoblar esfuerzos y estar en alerta máxima ante las posibles deportaciones con la llegada de Trump a la Casa Blanca el próximo 20 de enero.

Es imposible o muy difícil no contestar a las declaraciones de Donald Trump por absurdas que sean, ya que es parte de su estrategia de avasallamiento a sus oponentes, para después aniquilarlos en las negociaciones donde precisamente se obtiene lo que se negocia y no lo que se merece, y él es experto en estos menesteres.

El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, tendrá que tejer muy fino para que no se descarrilen los acuerdos que ya se tienen con los Estados Unidos y que las declaraciones de uno y otro lado no se salgan de control.

El gobierno mexicano deberá tratar a Trump de manera inteligente, no caer en su juego, ya que México es el segundo socio comercial de Estados Unidos y el primer destino de las exportaciones de California, Arizona y Texas, así como el segundo mercado para otros 20 estados.

Aproximadamente seis millones de empleos de Estados Unidos dependen del comercio con México y cada minuto se comercia cerca de un millón de dólares. Así que no nos venga tampoco Donald Trump con eso de que nos hace un favor y abusamos de los Estados Unidos.

México y Estados Unidos comparten unas de las diez fronteras más largas del mundo, sus 3 mil 180 kilómetros de territorio compartido han provocado que tanto uno como otro, se tengan siempre en cuenta en temas de relevancia y trascendencia internacional, como lo es la Seguridad Nacional.

Hoy más que nunca tendremos que trabajar a máxima capacidad en las relaciones diplomáticas con Estados Unidos para que no se aplique la frase atribuida a Porfirio Diaz de: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. Sería mejor la de Andrés Manuel López Obrador de: “Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”, porque de lo que sí tenemos que estar seguros es que Trump seguirá siendo Trump.

POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO

EDUARDOMACG@ICLOUD.COM  

@EDUARDO84888581

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