COLUMNA INVITADA

Venezuela y sus elecciones

El diferendo tendrá que ser resuelto por los venezolanos con sus instituciones, buenas o malas, lo que resulta francamente ridículo son estos personajes de uno y otro lado que politizan algo que solamente incumbe a Venezuela y su pueblo

OPINIÓN

·
Eduardo Macías Garrido / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Uno de los principios fundamentales para los Estados es la no intervención y la libre determinación de los pueblos, entendido como un derecho de autodeterminación, es decir, la facultad de decidir sus propias formas de gobierno sin injerencias externas.

Este derecho está contemplado en el artículo primero de la Carta de las Naciones Unidas, tratado internacional fundamental de la ONU, cuyo contenido está plagado de normas de ius cogens.

Estas normas imperativas de ius cogens de acuerdo con el artículo 53 de la Convención de Viena, son normas aceptadas y reconocidas por la comunidad internacional de Estados en su conjunto, como preceptos que no admiten acuerdo en contrario y que sólo pueden ser modificadas por otra norma ulterior de derecho internacional general que tenga el mismo carácter. 

De ahí que una norma de ius cogens y un elemento de todo Estado soberano sea el autogobierno. Entendido como la capacidad de elegir libremente su forma de gobierno, sin intervención o injerencia de terceros Estados en los asuntos internos.

Con las pasadas elecciones en Venezuela, vimos de todo, un personaje que se reelige por tercera ocasión, lo cual provocó que manifestantes salieran a las calles de Caracas cuando Nicolás Maduro se proclamó vencedor, una oposición que se dice robada, y algunos personajes trasnochados como el líder del PAN que se erige como observador electoral.

Al interior existen acusaciones generalizadas de fraude, al exterior, Estados Unidos y países de todo el mundo denunciaron que los resultados oficiales de la votación no parecían coincidir con las proyecciones estadísticas sustentadas en recuentos parciales. Se cuestiona la falta de transparencia de unas elecciones que parecen violar las normas internacionales.

Maduro, de 61 años, sucesor de Hugo Chávez, ha ostentado el poder desde 2013, en estas elecciones se enfrentó a Edmundo González, exdiplomático, quien, según la autoridad electoral competente, obtuvo el 44.2 por ciento de los votos. Gran parte de la discusión de las pasadas elecciones se centra en la transparencia en el conteo de votos.

El diferendo tendrá que ser resuelto por los venezolanos con sus instituciones, buenas o malas, lo que resulta francamente ridículo son estos personajes de uno y otro lado que politizan algo que solamente incumbe a Venezuela y su pueblo.

En México están los que simpatizan con Nicolás Maduro y festejan como si ellos hubieran ganado, la pregunta es por qué no se van a vivir a Venezuela si les parece un lugar extraordinario.

Por otro lado, tenemos personajes como el impresentable de Marko Cortés, líder del PAN, quien ha destrozado al blanquiazul con sus incompetencias, además de que no puede poner orden ni entre sus correligionarios, sin embargo, ahí va de mitotero a acompañar, según él, a la oposición en Venezuela durante las elecciones presidenciales.

Hay Marquito, sería mejor que te fueras del PAN, dejaras que se reorganice el partido con nuevos liderazgos y a ver si en el Senado de la República haces menos daño al país y a tu partido.

En cuanto a las elecciones en Venezuela, ojalá y se logre dar certeza y transparencia a las mismas, a fin de que naciones como Estados Unidos no establezcan restricciones en perjuicio del pueblo venezolano y, sobre todo, se desarrolle el proceso en términos pacíficos. 

POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO

COLABORADOR

EDUARDOMACG@ICLOUD.COM  

@EDUARDO84888581

EEZ