Pasada la jornada electoral del pasado 2 de Junio, en la que en realidad poco más de 30 millones de los casi 100 millones de Mexicanos empadronados eligieron a Claudia Sheinbaum, como la primera mujer presidenta, nos enfrentamos a una sociedad quebrada, dividía y confrontada.
La pérdida de confianza cada día es mayor, y nos impide avanzar y superar diferencias y confrontación.
Hoy entre nuestros círculos de relación, la confianza es limitada o nula; hemos pérdida la empatía que nos permitía en el pasado rectificar algunas decisiones o acciones ante la conciencia de que podríamos dañar o afectar a alguien más.
Sin duda, entre los grandes retos que habremos de enfrentar en los próximos años está el recuperar la credibilidad entre los distintos sectores de nuestra sociedad; lograr generar una actitud empática que nos permita sabiendo que podemos provocar un daño, rectificar y no llevar a cabo una acción.
No estamos tratando temas sencillos, pero si debieran ser prioridad para el Gobierno y sus funcionarios, el lograr instrumentar actividades que permitan en el mediano plazo construir redes de confianza, que provoquen un cambio real, que permita captar el interés de los ciudadanos, por participar en acciones de interés común, partiendo de confiar tanto en las autoridades como en los círculos sociales con los que convivimos.
Tener confianza y crear empatía, deben ser bases fundamentales de un gobierno humanista, como el que hoy plantea Claudia Sheinbaum Pardo.
POR FERNANDO ANTONIO MORA GUILLÉN
Maestro en Comunicación Institucional por la Universidad Panamericana / Presidente de la Fundación Fernando Mora Gómez para la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información.
X: @Fernando_MoraG
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