Tengo tiempo estacionada en un proceso: sanar. Pero este año lo convertí en una prioridad, lo que ha implicado poner en práctica nuevos hábitos y armarme de paciencia, para la que no soy buena, por ello he llegado al siguiente dilema ¿será una pérdida de tiempo sanar?
Cada persona tiene su propia idea de lo que significa sanar. Para algunas, puede implicar superar traumas pasados para vivir en paz en su presente, para otras, entender por qué aquello que tanto anhelan como el amor, un puesto de trabajo, dinero, etc. no llega o simplemente sentir un vacío.
En mi caso, no logró ver quién soy, reconocer mi potencial, me percibo como una persona con falta de capacidad y talento, le ataño a la suerte mis logros profesionales. Si bien he tenido avances, aún me resisto a aceptar en lo que me he convertido y sobre todo, lo que aspiro a ser, una escritora y comunicadora reconocida. Incluso siento pena al escribirlo.
Falta de reconocimiento y aceptación, son mis padecimientos, mis síntomas, depresión y ansiedad, eso fue lo que me motivó a sanar hace 10 años, tenía 22, me sentía sin energía, pérdida, pero tenía unas ganas enormes de hacer algo increíble con mi vida, así que solo me concentré en mantenerme en movimiento.
Sanar en mi experiencia no ha sido como en las películas, de que te vas a la India a concentrarte en ello, tuvo y tiene que seguir pasando mientras trabajo, y aquí va más o menos cómo ha sido el proceso:
Empecé por desprenderme de quién era, al deshacerme de gran parte de mi ropa, me quedé con lo elemental, dejé de pintarme el cabello, de usar maquillaje, etc., cuando lo hice me sentí más ligera.
Después, me salí de casa, claro está que no podía pagar una renta, pedí ayuda a unos tíos que de manera muy amorosa me recibieron y me enseñaron a hacerme responsable de mí misma.
La estancia con mis tíos duró 4 años, en este tiempo, mi sueldo lo iba invirtiendo en seguir preparándome y en un tratamiento psiquiátrico para atender la depresión que tenía. Dejé atrás amistades y familiares que no me hacían bien, me rodeé de personas que me inspiraban a seguirme superando.
Descubrí que la raíz de mi padecimiento estaba en mi infancia, tuve algunas experiencias que me condujeron a sentirme poco valiosa, pero, no hice mucho al respecto, más bien me enfoqué en crear mi hogar.
Empecé una vida junto a mi novio, mi amigo desde que éramos pequeños, y nos unimos en su momento no para comprar una casa o tener hijos, sino para seguir creciendo, mejorando, sobre todo seguir descubriendo quiénes somos.
Este año finalmente decidí comenzar terapia psicológica para explorar mi infancia y revivir esas memorias que, aunque no siempre soy consciente de ellas, influyen en mi comportamiento. El tratamiento es desgastante, así que he reducido un poco mi vida social y familiar.
Al mismo tiempo, estoy iniciando un coaching profesional para desarrollar las cualidades de la comunicadora y escritora que deseo ser, además de tomar cursos de escritura terapéutica.
¡Pero,10 años! Ya me dieron mis 32 años y yo sigo en el proceso, esta lentitud activa mis dilemas ¿es una pérdida de tiempo sanar?, ¿qué tal y debería estar invirtiendo mi tiempo y dinero en otra cosa? A veces me doy flojera y digo ¡no puede ser! ¡ya, supera tus traumas!
Dice mi psicóloga sanar no es lineal, y es verdad, es algo que va ocurriendo mientras vas viviendo, en mi caso por obligaciones financieras no puedo hacer un alto total, tengo que ir sanado sobre la marcha, eso provoca recaídas, pero cada vez voy teniendo más herramientas para salir rápido.
Sin embargo, ha valido la pena, ha sido como borrar una pintura que existía de mi, y ahora estoy eligiendo los colores adecuados para dibujarme de nuevo, la verdad, me emociona ver qué Dulce saldrá de todo esto.
Gracias a todas las personas que son y han sido parte del proceso.
POR DULCE GALINDO VILLA
INSTAGRAM: @DULCEGALINDVILLA: https://www.instagram.com/dulcegalindovilla/
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