En la pasada entrega me referí al maravilloso acervo fotográfico de Carlos Monsiváis que hemos visto en exposiciones dentro y fuera de su Museo del Estanquillo, en muestras como En tus ojos o en los míos, Escenas de pudor y liviandad o la reciente ¿Qué me ves? Héctor García, cronista de la lente. Abarcan temas de la vida social, política, del entretenimiento, intimistas y todas las técnicas del siglo.
Un par de años después de la muerte de Monsiváis, Conaculta en colaboración con Ediciones Era y un grupo de especialistas del museo, editaron un libro muy bello bajo el título de Maravillas que son, sombras que fueron. La fotografía en México, una selección de fotografías y textos que originalmente fueron prólogos, presentaciones y artículos que aparecieron en publicaciones de cultura y especializadas. El libro no tiene desperdicio.
Hay verdaderas joyas de literatura fotográfica que van desde el análisis complejo o el disfrute de la obra de algunos fotógrafos como los hermanos Mayo, Manuel y Lola Álvarez Bravo, Héctor García, Graciela Iturbide, Mariana Yampolsky, Yolanda Andrade, hasta “el Zócalo en cueros” de Spencer Tunick como uno de los grandes eventos fotográficos populares.
La invitación siempre queda abierta para continuar nuestros rituales del caos. Caminar por las calles del Centro Histórico -e histérico-, sobre los pasos que tanto fascinaron la mirada fotográfica de Monsiváis. Visitar uno de los gabinetes públicos de curiosidades más sabrosos de la ciudad y que lleva el nombre de esas antiguas tienditas en donde uno encontraba objetos tan disimiles como sorprendentes: El Museo del Estanquillo.
La herencia del querido Monsi, quien hoy descansa dentro de una Gaturna, una linda urna fúnebre con forma de gato diseñada por Francisco Toledo, rodeado de los miles de tesoros hallados durante su vida.
POR CYNTHIA MILEVA
EEZ