El tiro con arco es un deporte al que México comenzó a ponerle atención alrededor de 2008. Fue una decisión virtuosa. En poco tiempo comenzó a dar resultados: Aída Román (plata) y Mariana Avitia (bronce) hicieron el 2-3 en los Juegos Olímpicos de Londres 2012; en Tokio 2020, Alejandra Valencia y Luis Álvarez también subieron al podio en equipos mixtos, que se incluyó por primera vez en el programa olímpico. Tres medallas en tres ciclos nos hablan de que en el país hay talento para la disciplina, y que con trabajo y buenas decisiones puede seguir dando satisfacciones.
En París 2024, la responsabilidad de seguir cosechando éxitos recae, una vez más, en la subcampeona mundial, Alejandra Valencia, quien estará en sus terceros Juegos Olímpicos. Tanto en la prueba individual como en la femenil por equipos y en equipos mixtos, la sonorense estará peleando por convertirse en doble medallista olímpica. Sin duda, la presea que más anhela es la individual, que ha estado acariciando desde Londres, cuando tuvo su primera aventura olímpica.
Con Valencia, las coahuilenses Ana Paula Vázquez y Ángela Ruiz, ésta de apenas 17 años, también estarán en la pugna por las medallas. Vázquez tendrá su segunda experiencia olímpica y, ya más madura que en Tokio, quiere sacarse la espina de haber quedado eliminada en dieciseisavos de final. Las tres están al mando del entrenador Miguel Flores, quien desde 2011 tomó las riendas del tiro con arco femenil nacional. Valencia ha entrenado con él desde que era una niña, mientras que Vázquez y Ruiz han estado en su estado natal con Eduardo Magaña, y Ángela también con Miguel Bárcenas.
Coahuila es la tierra que vio nacer a Matías Grande, seleccionado nacional que, desde hace tres años, hace pareja con Valencia. En mayo pasado se proclamaron campeones por equipos mixtos en la Copa del Mundo de Yecheon, Corea del Sur, y en total han ganado cinco medallas, en dos campeonatos panamericanos, así como en los Juegos Centroamericanos y Panamericanos de 2023.
Hace 16 años, de la mano del entrenador coreano Lee Wong, México comenzó a sembrar esos cimientos en el tiro con arco. Recuerdo cómo la Conade presumió su laboratorio de biomecánica en busca de mejorar las técnicas de movimiento y el trabajo metodológico que se estaba haciendo. Esto se ha perdido.
Es necesario seguir trabajando con las ciencias aplicadas al deporte, con el personal especializado y no con improvisados. Tampoco hay que dejar de voltear a ver lo que hacen los países que son potencia en el tiro con arco que, incluso, entrenan simulando el escenario en el que estarán compitiendo en París. No son detalles, es la diferencia entre ganar medallas y quedarse cerca de obtenerlas.
POR BEATRIZ PEREYRA
COLABORADORA
@BEATRIZPEREYRA
MAAZ
