Las elecciones catalanas del 12 de mayo representaron un punto de inflexión para la política española y en particular para la permanencia del presidente del gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez, quien después de anunciar una pausa en su agenda oficial y posible dimisión tras las acusaciones de un juzgado en contra de su esposa, Begoña Gómez, por el presunto delito de tráfico de influencias, decidió permanecer al frente del gobierno apostando por buenos resultados en las elecciones catalanas.
Para entender esta apuesta, recordemos que en las elecciones generales del 23 de julio de 2023, la coalición liderada por Sánchez del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) alcanzó los 176 votos necesarios en el Congreso de los Diputados para su investidura, gracias al apoyo de varios partidos, incluidos Sumar, el Bloque Nacionalista Galego (BNG), Coalición Canaria (CC), partidos nacionalistas vascos como el Partido Nacionalista Vasco y Bildu, y partidos independentistas catalanes como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya.
El apoyo de ERC y Junts fue clave para formar el gobierno de Sánchez, quienes lo condicionaron a una ley de amnistía para los políticos catalanes involucrados en el "procés" así como a una serie de concesiones para Cataluña que, al mismo tiempo, ponía al presidente Sánchez en una posición delicada frente a los miembros más duros de su partido y los partidos conservadores quienes lo acusan de traición por su alianza con los independentistas.
Sin embargo, los resultados de las elecciones en Cataluña este domingo dejaron en claro que el discurso del "procés" y los aires independentistas que promueven partidos como ERC y Junts ya no convence del todo al electorado catalán, al darle una victoria al Partido Socialista Catalán (PSC) con 42 votos, convirtiéndolo en la primera fuerza política de la Comunidad Autónoma.
A pesar de que los 42 votos del PSC no son suficientes para formar un gobierno, sí legitiman la relación de gobernabilidad con Madrid que defiende el PSC vs. el deseo de conseguir la independencia de partidos como Junts y ERC, por lo que ese mandato será la constante en las próximas negociaciones.
A su vez, esto tendrá eco en la continuidad del gobierno de coalición de Pedro Sánchez, quien no se verá forzado a conceder más terreno a los partidos independentistas con tal de seguir teniendo su apoyo para aprobar leyes en el Congreso, dejándolo en una mejor posición con un electorado español que desea recuperar la gobernabilidad del país y reconstruir la relación con una Cataluña cansada del discurso y aires de independencia en un momento de crisis hídrica, de sanidad, gestión fiscal y de educación; no sin ello dejando a un lado la defensa del catalán como lengua y de la autonomía de las instituciones en Cataluña como parte fundamental del tejido social que une a España.
POR XAVIER ANDRACA VILAR
ASOCIADO DEL PROGRAMA DE JÓVENES DEL COMEXI
PAL
