Pasión por correr

Correr Vancouver

Sus calles combinan la modernidad de sus edificios con el arte nativo, sus tótems y murales. El aire es limpio y por su ubicación privilegiada entre el Pacífico y las Montañas Rocosas, tienes unas vistas espectaculares al océano y los bosques

Correr Vancouver
Rossana Ayala / Pasión por Correr / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Correr a gusto, sentirse cómodo a una velocidad que apenas y cuesta esfuerzo mantener, es muy liberador. Todos los corredores buscamos alcanzar ese punto de inercia, en el que parece que el cuerpo avanza solo y naturalmente. Se siente como si acabaras de empezar, aunque lleves muchos kilómetros en las piernas. Cuando lo logras no quieres salir de ahí, y tratas de mantener la sensación por mucho tiempo. Mi entrenador lo llama ritmo, y yo, disfrutar.

Imagínate además correr en ese estado zen a través de bosques, con  impresionantes vistas al océano y contemplando a lo lejos hermosas montañas nevadas, todo al mismo tiempo. ¿Es posible? Sí, lo es y esa fue mi experiencia el pasado domingo 5 de mayo al correr el BMO Vancouver Marathon, del cual hice  21K, como parte de mi preparación para Berlín 2024.   

Elegí esta carrera por dos razones, la primera porque mi hija mayor vive en Vancouver y verla me llena de alegría, y porque un amigo me había hablado de la belleza de la ruta y de la excelente organización del evento. Para mí, esta carrera marcaría el inicio, el punto de partida a un reto mayor, Berlín 2024  y el comienzo de una nueva etapa en mi vida.   

Vancouver me recibe siempre fría y con viento, pero esta vez fue distinto, me encontré con una ciudad soleada y acogedora. Mientras que las montañas todavía estaban cubiertas de nieve, las avenidas lucían llenas de color debido a las abundantes flores. Sus calles combinan la modernidad de sus edificios con el arte nativo, sus tótems y murales. El aire es limpio y por su ubicación privilegiada entre el Pacífico y las Montañas Rocosas, tienes unas vistas espectaculares al océano y los bosques.

La Expo Running se llevó a cabo, como siempre, en Canada Place, el viernes y sábado previos a la carrera. Nosotras fuimos el viernes. Aunque esperaba un evento masivo, después mi expectativa fue superada con la impecable organización, la amabilidad de los voluntarios y los productos novedosos, de alta calidad y a precios razonables que participaron.

La carrera comenzó dentro del Queen Elizabeth Park, en punto de las 7:30 de la mañana y para nuestra suerte con las condiciones ideales para correr: El cielo nublado y a 10 grados Centígrados de temperatura. Corrimos por diferentes vecindarios, desde Chinatown, pasando por Yaletown y el bello West End. Vimos lugares de interés histórico y la Universidad de British Columbia.

Pero sin duda, la cereza del pastel es el paso por  Stanley Park, en donde corres con el mar a la izquierda, el bosque a la derecha, e impresionantes vistas de la montaña al frente.  Al final,  tomamos de nuevo las calles de Vancouver, ahí nos encontramos a cientos de espectadores, algunos gritando nuestro nombre, aunque para ellos seamos completos extraños, apoyándonos hasta la línea de meta.

Después de correr en Vancouver me di cuenta que tal vez el sueño de algunos maratonistas, como yo, sea poder correr algún día los seis maratones majors (Nueva York, Chicago, Boston, Berlín, Tokio y Londres), pero el verdadero sueño perseguido por un buen corredor es que a pesar de llevar varios kilómetros encima, del dolor y del cansancio, podamos disfrutar del aire fresco o de una vista que nos conmueva. He aquí la felicidad de las carreras, el gusto de hacer un gran esfuerzo, a cambio de una victoria en la que no cuente la meta, ni el resultado, solo la dicha del camino recorrido

¡Gracias Vancouver!

POR ROSSANA AYALA

EEZ

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