Extendido en muchas de las Ciudades de la república mexicana, se encuentra esta situación donde muchas personas alquilan una recámara, ya sea de casa o departamento, debido a que el poder adquisitivo no es suficiente para rentar todo el inmueble.
Lo anterior era parte de la vida de muchos estudiantes que cursaban la educación media o superior, y que debían hacerlo en otro estado o municipio lejano a sus hogares, mientras concluían su formación, sin embargo, esta posición ya no es privativa de las juventudes, sino que es el resultado de problemas como la pobreza laboral, migración en estado de necesidad y el incremento de rentas en lugares cercanos a los trabajos.
Ahora bien, analizando las causas, podemos decir que gran parte del subarrendamiento se debe a la percepción de un salario insuficiente para adquirir la canasta alimentaria básica, así surgió el término “Godín”, que parece chistoso, pero que encierra una catástrofe para futuras generaciones que tuvieron mejor preparación que sus padres, pero que no alcanzan una solidez económica que les permita la libertad de adquirir bienes o servicios que sus ascendientes lograron.
Lo anterior se agudiza en México, debido a contextos ideológicos, de conveniencia social, económica y política que impiden cualquier desarrollo de un proyecto nación bien planificado.
En ese sentido podemos vislumbrar al menos tres obstáculos que no se han querido superar: El primero. El imaginario, que nos representa como un país quebrado, saqueado y sometido por un conquistador que desapareció hace siglos.
Lo que deriva en conductas que justifican y promueven el victimismo rencoroso, como una virtud que reclama y exige su manutención. Donde caben discursos de defensa y promoción de la evasión justificada de obligaciones; traducidas en el autoconocimiento, la búsqueda de mejores perspectivas éticas, la consciencia colectiva para afrontar retos y convertirlos en escalones de superación.
El mejor ejemplo es el DESAPROVECHAMIENTO de los programas sociales, que deberían ser temporales y optimizados, pues la intención es resolver de tajo los problemas, no perpetuarlos.
Lo que daría como resultado una igualdad en atención médica, educativa, de un sistema de cuidados de personas de la tercera edad o vulnerables, y de apoyos parentales; con la implementación de un mecanismo impositivo, que evite la expansión de la informalidad, lo que haría de los programas sociales algo transitorio para superar crisis y fomentar circunstancias favorables para una sociedad equilibrada.
La segunda dificultad, es la percepción clasista de personas que se asumen de izquierda o derecha. Intolerantes y sordos, ante el pensamiento crítico, ya que expone sus peores intenciones, y defectos, como el rencor y la soberbia, que impiden el avance del talento ajeno a sus cercanos, robando las posibilidades de quienes en verdad merecen ser reconocidos e impulsados.
Así, tanto “comunistas, como capitalistas”, se nos han presentado en gobiernos que dicen ser la mejor versión, pero que siempre acaban mal, debido a qué los primeros idolatran la magnificencia de países envilecidos por un “comunismo dictatorial” y antidemocrático, que empobrece a su gente y la deja sin posibilidades, pero que en sus cúpulas todos sus vástagos, amigos y promotores se divierten, viven y estudian desde una perspectiva ajena al socialismo.
¿Qué decir de los segundos? Quienes desde su privilegio y con soberbia, niegan el hecho de que la riqueza es una variable matemática, más cercana a la suerte que al esfuerzo y mérito mismo.
Por supuesto, el progreso viene acompañado de oportunidades que ambas partes han negado de una u otra forma, y por ello, sus gobiernos se van turnando, ante la esperanza de que exista una mejor versión de conducir este país.
El tercer obstáculo, es inclusivo, podemos definirlo como el derrotista pasivo – agresivo, este punto nos involucra a todos, en vista de que por un lado se exige una justicia social y por otra, no se ejercita la obligación de votar, o bien, anulan o venden su voto a cambio de un poco del botín obtenido en el poder, en forma de impunidad, o a costa de beneficios que poco tienen que ver con lo social.
Vencer esos obstáculos, es nuestro deber, para hacer posible un país donde cada persona habite y viva en un lugar digno.
¿O quieres seguir de roomie hasta la tercera edad?
POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL
CONSULTORA LABORAL DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB
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