El pasado domingo se registró una manifestación en favor del ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, esto en virtud de una sospecha que se cierne en su contra por un presunto plan de golpe de Estado en contra del actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva en 2023. Ante miles de seguidores reunidos en la Avenida Paulista de Sao Paulo, Bolsonaro expresó que considera como una persecución política la investigación iniciada por la Policía Federal.
El ocho de enero de 2023, a unos días de la toma de protesta de Lula da Silva, una multitud de simpatizantes de Bolsonaro tomaron y vandalizaron las instalaciones del Palacio Presidencial, de la Corte Suprema y Congreso brasileños, lo que causó la detención de más de 400 personas. Evento con semejanzas a la toma del Capitolio en Estados Unidos el seis de enero de 2021, en el que simpatizantes del entonces presidente Donald Trump protestaron por el triunfo de Joe Biden.
En junio de 2023 el Tribunal Superior Electoral brasileño inhabilitó a Bolsonaro por ocho años para postularse a un cargo público, esto por desacreditar la confiabilidad de las urnas electrónicas, por lo que solo podrá presentarse a elecciones hasta 2030.
Recientemente, la Policía Federal de Brasil lanzó la Operación denominada Tempus Veritatis (hora de la verdad) para realizar cateos a domicilios de ex ministros de Bolsonaro así como de altos mandos militares; adicionalmente, en días recientes le fue retirado el pasaporte al ex mandatario a fin de que no pueda salir del país. En el operativo han sido detenidos cuatro ex colaboradores de Bolsonaro y éste ya se ha presentado a declarar.
La investigación se reactivó con la aparición de un video en el que se observa y escucha Bolsonaro en funciones de presidente, alentando a sus ministros a intervenir en el proceso electoral de 2022 en el que Lula aventajaba en las encuestas.
La polarización política que Brasil padece no es nueva, tiene sus orígenes en el juicio político y destitución en 2015-2016 de Dilma Rouseff, sucesora de Lula en la presidencia; continuaría con el juicio y encarcelamiento de da Silva en 2018, lo que no le permitió estar en los comicios presidenciales de ese año. Luego de haber pasado más de 500 días en la cárcel, Lula se postuló y ganó apretadamente a Bolsonaro en la elección de 2022. Son ya entonces nueve años de esta polarización.
Este 2024 es un año electoral en Brasil donde se elegirán a alcaldes, vicealcaldes y concejales en más de 500 municipios, esto se encuentra programado para el seis de octubre.
Analistas locales sugieren que Bolsonaro convocó a la manifestación del fin de semana pasado para insistir en su inocencia respecto del intento de golpe de Estado, pero también para reagrupar a sus seguidores de cara a las elecciones de octubre.
POR ABELARDO RODRIGUEZ
COLABORADOR
PAL