Columna Invitada

La farsa contra AMLO, 20 años después

Queda claro que a la clase conservadora no le importa la democracia ni el bienestar de los mexicanos

La farsa contra AMLO, 20 años después
Julio César Moreno / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

El domingo pasado, mientras Claudia Sheinbaum se registraba ante el INE como candidata a la Presidencia de la República, en el Zócalo de la Ciudad de México poco más de 90 mil personas se manifestaron haciendo alusión a la discriminación de todo un pueblo por sus raíces indígenas o color de su piel.

Quizá por ello, no fue casual que el único orador de esa marcha haya sido Lorenzo Córdova, quien en 2015, como Consejero Presidente del INE, discriminó y arremedó la forma de hablar de un grupo de indígenas que le pedía garantizar sus derechos políticos, audios que están en internet y describen la enorme humillación y la visión de país que este tipo de personas desean.

Esta burda estrategia clasista no es nueva: en 2004 en una llamada “marcha contra la inseguridad”, los mismos grupos de la oposición conservadora, de forma cínica, acudieron vestidos de blanco y pedían la cabeza del político tabasqueño y tanto fue su odio que al no lograr el impacto esperado, intensificaron su campaña de desprestigio y 20 años después, el pasado domingo estos grupos  aplicaron la misma pantomima, pero ahora vestidos de rosa según, “para salvar la democracia”, cosa por demás falsa ya que, su objetivo es denostar al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde hace más de 3 décadas es un referente de la vida política del país, por eso la derecha neoliberal ha implementado una campaña permanente en su contra, porque fue AMLO quien les quitó privilegios y lo que más les ha dolido, es que el mandatario cuenta con el respaldo del pueblo, acciones muy al estilo de gobiernos de ultraderecha que usan la estrategia que implementó hace casi 100 años Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda nazi, quien a través de cualquier tipo de acto público como marchas, concentraciones políticas o hasta el uso de medios de comunicación, buscaba conseguir el máximo efecto para introducir un mensaje de odio y que hoy la oposición en México no está muy lejos de esas viejas prácticas.

Lo único bueno de esto es que el domingo pasado quedó demostrado que, a diferencia de otros sexenios, la libertad de manifestación está garantizada en México, pero hay de marchas a marchas, ya que en esta última, algunos medios de forma sarcástica, destacaron el tono clasista de sus participantes que vestidos con ropa de marca, dejaron ver que nunca han tenido contacto con el pueblo, pues hasta de forma elitista exigían distancia entre manifestantes para no arruinar sus elaborados peinados de salón o ensuciar su calzado.

En fin, queda claro que a la clase conservadora no le importa la democracia ni el bienestar de los mexicanos, lo único que les interesa es calmar su hambre de poder que han estado perdiendo, así como recuperar el “hueso” y privilegios que les daba la corrupción y que la Cuarta Transformación les ha arrebatado.

POR JULIO CÉSAR MORENO
DIPUTADO FEDERAL DE MORENA
@JULIOC_MORENO

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