El partido Republicano recuperó el Senado y probablemente la Cámara de Representantes. Trump tendrá margen de maniobra para implementar sus promesas de campaña. Varias de ellas tendrían un fuerte impacto en México, aun cuando su aplicación práctica sea complicada y contraproducente:
- Cierre de la frontera el primer día de su gobierno. Ha dicho que actuará como dictador el primer día. En la frontera hay 57 puertos de entrada, a través de los cuales se comercian 3 millones de dólares por minuto, poco más de 2 mil millones de dólares por día. Se registran cerca de 350 millones de cruces de personas cada año. Los efectos económicos, sociales y familiares serían inmensos, pero aún más, el psicológico. Seguramente el gobierno de México le hará saber su rechazo al cierre, el daño que puede hacer.
- Redadas y deportaciones masivas. Trump ha dicho que deportará hasta 20 millones de indocumentados. Los expertos afirman que en realidad hay alrededor de 11 o 12 millones, de los cuales alrededor de 5 serían mexicanos. La mayoría han vivido, trabajado y contribuido a la economía estadounidense muchos años. Las redadas atemorizarían a esa comunidad, serían violatorias de derechos humanos. Implicarían separar familias. Los consulados mexicanos estarían rebasados en sus labores de protección. El gobierno de México NO puede aceptarlas y debe hacer ver las consecuencias humanas y económicas negativas para ambos países.
- Combate a organizaciones criminales mexicanas. Durante la campaña Trump planteó dos opciones, no excluyentes. Una, clasificar a las organizaciones del crimen transnacional organizado como terroristas, con implicaciones legales para México y EU. Otra, lograr que el Congreso autorice el uso de la fuerza en contra de ellas, aún sin el consentimiento del gobierno mexicano. Es imperativo negarse a ambas opciones y presentar al gobierno de Trump un nuevo marco de combate al crimen organizado que lo reconozca como una amenaza a la seguridad nacional de ambos países.
- Imposición de aranceles. Trump prometió imponer un arancel de 10% a todas las importaciones a EU y de 60% a los productos chinos. Sería violatorio de las normas de la OMC y del TMEC, pero sabemos que no le importa. Advirtió a México que impondrá aranceles comenzando con un 25% y hasta un 75% si el gobierno no combate el tráfico de fentanilo y la migración, aunque ambos hayan disminuido en los últimos meses.
Debemos estar conscientes de que Trump está dispuesto a cumplir sus promesas. Nuestro gobierno debe prepararse a enfrentarlas con diplomacia y firmeza.
Debe dejar a un lado la retórica divisoria, convocar a la unidad, recurrir a los grandes negociadores comerciales de México, fortalecer sus consulados, replantear el llamado Plan C e instrumentar una verdadera política migratoria no sólo reactiva a las presiones de EU que ha derivado en una crisis humanitaria.
POR MARTHA BARCENA COQUI
@MARTHA_BARCENA
EMBAJADORA EMINENTE
EEZ