En los últimos años, la industria automotriz ha experimentado un crecimiento notable, impulsado por la demanda global y las oportunidades derivadas del fenómeno del nearshoring. Sin embargo, este crecimiento ha traído consigo desafíos que no se pueden ignorar, especialmente en lo que respecta a las condiciones laborales. A medida que las empresas buscan mejorar su competitividad y cumplir con las regulaciones internacionales, es fundamental que no descuiden una prioridad innegociable: la prevención de la discriminación y la violencia en los lugares de trabajo.
El sector automotriz en México ha sido un motor económico clave, proporcionando empleo a millones de personas. En 2023 empleó alrededor de 910,000 personas en el sector de autopartes, lo que representó un incremento en comparación con los 861,000 empleos del año anterior, con un crecimiento sostenido del sector que se ha visto impulsado por la demanda regional y global, particularmente gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), atrayendo inversiones globales. Sin embargo, detrás de esta fortaleza, persisten prácticas que erosionan la justicia y equidad que deben prevalecer en cualquier entorno laboral. En particular, la discriminación y la violencia en los centros de trabajo continúan siendo un problema significativo.
Es importante señalar que no se trata simplemente de cumplir con las normativas. Las regulaciones son un punto de partida, pero la verdadera transformación se logra cuando las empresas se comprometen genuinamente a crear espacios laborales donde las personas que colaboran sean valoradas y respetadas, independientemente de su identidad de género, etnia, orientación sexual o cualquier otra diversidad.
La discriminación puede tomar muchas formas: desde la negación de oportunidades de ascenso hasta comentarios insidiosos y microagresiones diarias que socavan la autoestima y el bienestar de las personas. La violencia, por su parte, no se limita a lo físico. También puede manifestarse en intimidación, acoso o en la imposición de condiciones laborales abusivas. Ambos fenómenos no solo afectan la moral y la productividad, sino que también exponen a las empresas a serios riesgos legales y de reputación.
En este contexto, la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF), como parte de su compromiso con los derechos laborales, ha lanzado varias iniciativas orientadas a mitigar estas problemáticas en el sector automotriz. Una de las más relevantes es su proyecto de apoyo a las empresas del sector automotriz, un esfuerzo que tiene como uno de sus pilares la promoción de un entorno de trabajo inclusivo, libre de discriminación y violencia.
En PADF, entendemos que la prevención efectiva de la discriminación y la violencia requiere de una estrategia integral. Por eso, trabajamos en colaboración con las empresas, no solo para ofrecer capacitación y asesoría, sino para implementar cambios estructurales que promuevan la igualdad y el respeto en todos los niveles organizativos.
Una de las herramientas clave que ofrecemos es el acompañamiento para la obtención del Distintivo de Empresas Comprometidas con los Derechos Humanos, en colaboración con la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Chihuahua, en distintos estados de la República Mexicana, el cual sirve como un estándar de referencia para las empresas que desean alinear sus prácticas laborales con las normativas internacionales. El objetivo del distintivo es ser un mecanismo de evaluación que permita a las empresas medir su cumplimiento en materia de Derechos Humanos, tanto en la forma de realizar actividades, como dentro de sus espacios laborales.
El distintivo se centra en la responsabilidad que tienen las empresas de promover y garantizar el respeto a los derechos humanos, ofreciendo para ello una serie de indicadores: políticas de los derechos humanos, prácticas laborales armoniosas, fortalecimiento organizacional, inclusión, no discriminación, entorno social y protección al medio ambiente.
A menudo, las empresas automotrices, ya sean grandes o pequeñas, enfrentan barreras al intentar adaptarse a las exigencias globales. Algunas empresas pueden sentir que estos estándares son inalcanzables o costosos. Sin embargo, la experiencia nos ha demostrado que la inversión en una cultura laboral más justa no solo mitiga los riesgos legales y reputacionales, sino que también mejora la retención del talento y, sobre todo, la productividad.
En un sector como el automotriz, donde la rotación laboral y la falta de personal capacitado representan desafíos constantes, generar un entorno de trabajo donde las personas se sientan seguras, respetadas y valoradas puede marcar la diferencia.
En PADF creemos que los derechos laborales no son una carga, sino una oportunidad. Un entorno laboral libre de violencia y discriminación fomenta la creatividad, la innovación y el sentido de pertenencia, aspectos esenciales para que cualquier empresa prospere en un mercado cada vez más competitivo.
El camino hacia un sector automotriz donde se promuevan y respeten los derechos laborales, que tengan espacios libres de discriminación y violencia es absolutamente necesario. Para que México continúe siendo un jugador clave en la industria global, debemos asegurarnos de que nuestras plantas y oficinas sean espacios donde las personas puedan desarrollar su potencial al máximo, en un espacio seguro.
En PADF estamos comprometidos a acompañar a las empresas en este viaje, ofreciendo las herramientas y el apoyo necesario sin costo para que puedan cumplir con su responsabilidad social y construir un futuro más justo. Porque un sector automotriz competitivo no solo se mide por la cantidad de autos que produce, sino por la calidad de vida que ofrece a quienes los fabrican.
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MMV