Ha estado de moda, a raíz del surgimiento de las redes sociales, con mucho más abundancia, las amenazas hacia jugadores, o con la creación de la Liga MX femenil, a las futbolistas. Tanto así que Scarlett Camberos, ex jugadora del América, tuvo que abandonar el país por una situación embarazosa. El castigo en aquella ocasión para el agresor apenas fue de 36 horas de arresto domiciliario.
Después de unos meses del episodio citado, se le hizo fácil volver a delinquir, porque las amenazas o acoso dentro de cualquier rincón de internet es tipificado como delito, y tendrían que atenderse a través de la policía cibernética, que parece estar desaparecida del radar, porque el club denunció la inacción de la misma ante las denuncias que había interpuesto antes.
Tras difundir un comunicado con el nombre y foto del perpetrador, finalmente lo han detenido. Llama poderosamente la atención que las autoridades puedan ser fácilmente burladas por estos individuos, debiendo contar con grandes herramientas para su descubrimiento. Me pregunto. ¿Será tan difícil investigar de dónde provienen los ataques de origen?
Por más herramientas que hay en la red para ocultar identidad, estas mismas no pueden proveer a la policía de los datos de dónde se gestan estos ataques verbales?
Lo dudo. Este organismo, encargado de otorgar justicia, por si usted no lo sabe, existe, y se le tiene que exigir. Imaginemos cuántos elementos han sido acosados detrás de un supuesto anonimato que dan las redes. Si quisiera, la policía podría dar con todos.
Parece más una cuestión de no querer. Cualquier telefónica, aplicación de internet, red o página tendría que estar obligada a tener respaldos por si hay situaciones de acoso y dar con el origen. Así como en la vida cotidiana en la calle, hay que denunciar cualquier tipo de insinuación por internet. Esto aplica para cualquier actor del deporte, pero si usted está leyendo estas líneas y alguna vez ha pasado por algo así, anímese a hacerlo. Muchas veces el problema pasa, porque la mayoría no sabe que existen estos organismos.
Entes políticos del país. Esperar de su parte que exijan a la autoridad a que realmente persiga y se esfuerce por detener a esta gente sin quehacer, pero, sobre todo, que haya castigos ejemplares. Que a la gente no se le haga tan fácil atacar en cualquier plataforma sabiendo que no tendrá ningún tipo de represalia.
Redoblen esfuerzos, porque siendo sincero, creo que pasa más por un tema de no tener tanta determinación a actuar sobre ellos, que por la dificultad que implica atraparlos. Así como hay repercusiones psicológicas en las escuelas o en las calles, se ha comenzado a demostrar que ataques en la red tienen el mismo o hasta un efecto peor que lo que se conocía hasta antes de este creciente fenómeno detrás de un móvil o computadora.
POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE HERALDO DEPORTES LAGUNA EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA
MAAZ