La sinergia entre la inteligencia artificial (IA) y la ciberseguridad es materia obligatoria de análisis para todos aquellos actores que forman parte de los ecosistemas de innovación y quieran construir sistemas resilientes que puedan prevenir, gestionar y mitigar los riesgos que conlleva vivir en una sociedad donde, la IA y otras tecnologías disruptivas, también son utilizadas por actores maliciosos.
La IA es la simulación de la inteligencia humana a través de máquinas programadas para realizar tareas que normalmente requieren la cognición humana como el aprendizaje, la resolución de problemas, la toma de decisiones, entre otras, pero con mayor velocidad, precisión y eficacia; además, se prevé que su importancia siga creciendo porque cada vez hay más inversiones sustanciales en torno a su desarrollo. Esta situación nos plantea la oportunidad de adaptarnos y tomar ventaja de esta poderosa tecnología en campos tan relevantes como la ciberseguridad.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) refiere que, en esta era digital, la confianza lo es todo y en dicho contexto, la ciberseguridad resulta crucial para las empresas, las infraestructuras y las sociedades que son cada vez más interdependientes y vulnerables; ejemplos de los alcances que pueden tener los ataques cibernéticos se han observado en incidentes como NotPetya (2017), que llegó a 65 países y afectó 49,000 sistemas.
Lo anterior, nos da una idea del daño que ocasionan en varios niveles y si a ello sumamos que actores maliciosos aprovechan la IA para aumentar la eficacia de sus ataques, el riesgo de no contar con un sistema de ciberseguridad aumenta considerablemente la probabilidad de que un incidente ponga en peligro la disponibilidad, integridad y confidencialidad de nuestra información.
Los actores maliciosos no respetan fronteras, ni descartan atacar a personas, gobiernos o empresas; por ello, ante las amenazas digitales hay que procurar estar dos pasos adelante, empezando por ser conscientes y responsables en cuanto al uso de dispositivos e invertir de forma inteligente en un buen sistema de ciberseguridad con tecnología de vanguardia.
La ciberseguridad es una responsabilidad compartida, un asunto de ética donde nos concierne a todos estar informados sobre los procesos regulatorios en nuestra región y en la agenda internacional; de igual manera, formar parte de una comunidad consciente en ciberseguridad que promueva acciones de defensa colectiva, entre otras.
Un buen ejemplo de este tipo de acciones es la colaboración entre el Consejo de Expertos en Regulación y Ciberseguridad (CERC) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), quienes coordinaron el foro titulado “Democracia efectiva en la elaboración de una Ley de ciberseguridad” que tuvo lugar el pasado 22 de junio, el cual permitió un espacio de diálogo de expertos, representantes del sector privado, la sociedad civil y la academia, donde destacaron la importancia de respetar el debido proceso legislativo y fomentar la participación democrática de todas las partes interesadas en el desarrollo de legislación en materia de ciberseguridad.
Dado que la ciberseguridad debe entenderse como una responsabilidad compartida, te invitamos a mantenerte informado de lo que ocurre en el ecosistema de innovación, dar seguimiento a las iniciativas de regulación a nivel nacional e internacional en materia de ciberseguridad y a participar activamente; ya que ello, va a incidir en que contemos con un espacio digital, seguro y confiable.
POR GLORIA VALENCIA
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