Las encuestas para la sucesión presidencial de 2024 pululan. No debería ser así a estas fechas, pero dado que López Obrador adelantó la carrera por la Presidencia casi más de tres años, estas abundan. Y los resultados que arrojan invitan a ciertos personajes de la política a replantearse dónde y cómo quieren participar en las elecciones federales del año próximo.
Morena, a solicitud de AMLO, tomará pronto su decisión sobre quién será la corcholata abanderada de dicho partido. Los institutos políticos de oposición se debaten si ir juntos en gubernaturas, alcaldías y senadurías; nada han dicho aún de la contienda presidencial. Y está también otra —quizá la más grande— incógnita: ¿cómo jugará sus fichas Movimiento Ciudadano?
El partido de Dante Delgado sigue en las mismas desde hace rato; ha establecido no se uniría a la oposición en el 2024. De hecho, en una suerte de prueba de su dicho, decidió no participar en las elecciones de este año para gobernador tanto en Coahuila como en el Estado de México.
Esto —ya dije antes en otro escrito— genera más dudas que certezas sobre el crecimiento de MC y sus posibilidades de triunfo, además de cuestionamientos sobre la legalidad de que un partido político reciba prerrogativas sin participar en las contiendas... Pero es cierta una cosa: todo indica que esa decisión no causó estragos en el partido. No por ahora al menos.
Sin embargo, dado que los tiempos electorales se adelantaron (como ya dije) y están en juego la Presidencia de la República, el Congreso de la Unión (500 diputados y 128 senadores), nueve gubernaturas, 31 congresos locales, 1,580 ayuntamientos, 16 alcaldías de la CDMX y 24 juntas municipales, los líderes de los partidos tienen que arribar a conclusiones en el sentido de dónde es seguro su triunfo, dónde pueden ser competitivos, dónde deben de participar para no perder el registro, pero sobre todo con qué candidatos.
Es en ese marco que Dante Delgado deberá tomar pronto una determinación: su mejor carta, tanto para Monterrey como para la Presidencia, de acuerdo con diversos sondeos y encuestas es Luis Donaldo Colosio Riojas. Mas el asunto es que deberá ser una u otra; no se pueden las dos cosas.
Relevante es la última encuesta de Reforma: si Luis Donaldo se lanza para la reelección como presidente municipal de Monterrey, gana de todas, todas. Pero —y allí está lo malo para MC— si no se lanza para repetir en la capital regia, el emecismo perdería tan importante ciudad.
Ello lleva al dirigente de MC —aunque de seguro también le mete presión al joven Colosio— al dilema que describo a continuación: asegurar Monterrey o lanzar a Luis Donaldo en pos de ‘la grande’. Difícil disyuntiva en verdad en razón de que todas las encuestas apuntan también a que Colosio Riojas como candidato de oposición a Morena tiene considerables posibilidades de derrotar a Claudia Sheinbaum, no se diga a Marcelo Ebrard (además de incrementar la votación en favor de MC y asegurar el registro).
Si yo fuera Dante, optaría por lo segundo (lanzar a Colosio a la carrera presidencial). Mas ni soy Dante ni sé —aunque barrunto— lo que opina Luis Donaldo al respecto, lo que sería la piedra de toque.
Esta semana, Federico Berrueto menciona en su columna en SDPnoticias la posibilidad de que Colosio abandere la carrera presidencial de MC y de una a la muy alicaída oposición. Reforma, por su parte, publicó la encuesta que ya antes mencioné y pone a Colosio como la cábala más consabida.
Por su parte, Marcelo Ebrard descarta la candidatura presidencial con la oposición; ¿por qué habría de salirme de Morena?”, dijo. (Menciono esto último porque hay quien piensa que Dante Delgado está esperando a ver qué hace el canciller para entonces tomar una determinación con respecto al alcalde regio).
Sin embargo la verdadera encrucijada de corte electoral para Delgado es tener a Colosio repitiendo en Monterrey o aventurarse con él a derrotar al obradorismo a nivel nacional. La ventana de oportunidad de Movimiento Ciudadano impactará en todo. Esa será la decisión más interesante de todas; luego, que se dé vía una alianza o no es secundario.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO
MAAZ