La visita número 23 de López Obrador a tierras sonorenses en lo que va de su sexenio está resultando muy interesante. Empezando porque Sonora logró el milagro que no se había logrado en ninguna otra gira: Andrés Manuel por fin despegó del AIFA (si bien no lo hizo en ningún avión comercial, sino en uno de la Fuerza Aérea Mexicana)… Y no lo digo porque yo me oponga a que viaje en un avión oficial, militar en este caso. De hecho considero que es lo más seguro para él y para los pasajeros. Le permite al presidente, además, estar en comunicación constante en caso de cualquier emergencia y también el ir más cuidado.
La relación entre el gobierno federal y local sonorense —de extracción morenista— es distinta a la otra veintena que se da entre ejecutivos de ese mismo instituto político. ¡Y qué bueno! Ojalá otras entidades le imprimieran la visión que, de la Cuarta Transformación, tiene Alfonso Durazo. En su gira al segundo estado de la República con mayor extensión territorial, López Obrador ha encontrado un polo de desarrollo y —cosa curiosa— una entidad que busca no quedarse enfangada en los combustibles fósiles. Para ello está presentando la primera etapa —conste, solo la primera— de un parque fotovoltaico modelo internacional.
Sin mucha alharaca, ya está funcionando. Se dice fácil, pero con más de 2,000 hectáreas de paneles solares es ejemplo mundial y podrá contribuir a que, en breve, Sonora se convierta en un estado exportador de energía eléctrica limpia y barata (y no como ha venido siendo hasta ahora, importador neto de la misma). La energía será menos cara para sus habitantes y para las industrias que YA están establecidas en el norteño estado, así como para las nuevas que busquen hacerlo.
Si bien Durazo no es el titular de la agencia Litio Mexicana, sí es el encargado de lograr que la explotación de este metal, su transformación y comercialización resulten exitosos. La labor que se realice en este otro rubro también es de considerarse. Podrá hacer que los yacimientos en Sonora no catapulten la inversión o se convierta en una condena como es el petróleo en el país. Así de fundamental es este asunto.
No en balde Ramón López Velarde hace más de un siglo reflejó en “Suave Patria” la maldición que significaba el petróleo para México con la estrofa “y los veneros del petróleo el diablo”… Y no, no es que fuera malo, pero no se supo en qué momento dejar de depender del mismo como palanca del desarrollo.
Me estoy desviando. A lo que voy es que la labor que se tiene por delante en Sonora se volverá monumental, más allá de falsos nacionalismos (el petróleo es nuestro y debemos hasta la camisa por él), Durazo tendrá que integrar a empresarios de diversos rubros, además de mantener el discurso 4T sobre el litio. Balance que es difícil alcanzar.
Durazo también ha tenido que tejer fino con las autoridades estadounidenses para lograr mover la terminal ferrocarrilera del centro de Nogales a la periferia. Cambiar las vías del ferrocarril no es ‘peccata minuta’, ni en cuestión de dinero y tampoco de logística, pero atendiendo la solicitud de los habitantes de Nogales sacó del centro de la Ciudad la estación y ya se tiene seleccionado el lugar donde se edificará la nueva.
Al respecto de accesos viales y carreteras, el gobierno de Sonora cumple un compromiso con la inauguración del camino Bavispe-Agua Prieta. Una petición que data de hace ¡90 años! y que cristalizó en el tiempo que lleva Durazo al frente del gobierno de su estado.
Sonora no es todavía un bálsamo en un país violentado hasta sus cimientos, sin embargo no deja de atraer las miradas el que un gobierno morenista pueda ser tan progresista y salir adelante sin mucho ruido (invirtiendo el dinero donde se debe y también trabajando de manera conjunta con la población en su conjunto, llámense empresarios, agricultores, etcétera).
Caben para los politólogos y para la población en general las siguientes preguntas: ¿cuál es la diferencia entre este gobierno emanado de la 4T y otros?, ¿por qué en este las obras sí avanzan?, ¿por qué una de ellas es hasta ejemplo internacional? No tengo las respuestas, pero debemos observar lo que pasa en Sonora. El discurso se está plasmando en infraestructura y en desarrollo.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
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@MALOGUZMANVERO
MAAZ