COLUMNA INVITADA

2024: una elección sin ambigüedades

El 2024 será un año políticamente binario, maniqueo, para bien o para mal

OPINIÓN

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Guillermo Lerdo de Tejada / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Con esta última columna de 2023 agradezco a los lectores que, generosamente, me han acompañado un año más en las páginas de El Heraldo de México, así como a Ángel Mieres, Franco Carreño y todo el equipo de este gran diario que me abre el espacio para la opinión libre. 

Antes de iniciar las celebraciones de navidad y año nuevo, dejo sobre su mesa una reflexión que considero crucial, y que vale la pena digerir –junto al pavo o el bacalao– porque es inminente e importante: en cinco meses decidiremos el futuro del país, y sólo hay dos opciones. El 2024 será un año políticamente binario, maniqueo, para bien o para mal. 

En efecto, el menú electoral tendrá únicamente dos platillos: la continuidad segura, extensión del sexenio actual, o una alternancia incierta, en la que habrá que ir (re)construyendo sobre la marcha. Una estabilidad relativa que perpetúe lo malo conocido, cuyo costo sería consolidar un régimen hegemónico, o el intento de recuperar la normalidad democrática, cuyo precio será la incertidumbre de un cambio cuyos contornos aún no son claros. 

En el oficialismo tienen una lectura pragmática del escenario. Pese a sus innumerables conflictos internos han cerrado filas. La campaña de Claudia Sheinbaum dista de ser emocionante u original, y no intenta serlo, pero es disciplinada y efectiva para sus propósitos: mantener la cohesión del lopezobradorismo, afianzar su voto duro, cometer los menos errores posibles y conservar su ventaja –una hecha en buena medida a base de ilegalidades, pero ventaja al fin.

En contraste, a estas alturas una parte de la ciudadanía que rechaza al gobierno aún vive en la indefinición: no quiere continuidad, pero tampoco le termina de convencer Xóchitl: su estilo, sus compañeros de viaje, que si es panista o progre. Esto preocupa porque aquellas dudas, muy válidas en una elección normal, ante la disyuntiva de arraigar el autoritarismo o recuperar el rumbo democrático resultan purismos ingenuos y potencialmente desastrosos.

Es cierto que Xóchitl debe hacer ajustes mayores antes de iniciar la campaña oficial, desde crear un discurso más allá del anti-lopezobraorismo (necesario, pero insuficiente) hasta dejar de integrar perfiles electoralmente pequeños que jamás han ganado algo, para acercarse voceros presentables, operadores con experiencia en tierra y estrategas competentes. 

Como sea, debemos insistir: no hay más que estas dos alternativas. Más aún, ambas son tan diferentes en lo que representan e implican, que no hay excusa para la ambigüedad. Cada candidata encabeza un proyecto opuesto para México. Claudia no pretende siquiera significar algo distinto más que prolongar el lopezobradorismo, no ese “socialdemócrata” que sólo vive en la imaginación de sus defensores, sino el real que ha gobernado por cinco años: destrucción institucional, abrazos a los criminales, criminalización a las víctimas, despilfarro, clientelismo, falta de medicinas, militarismo, autoritarismo. 

Xóchitl, con todas las contradicciones que uno guste, es la única alternativa democrática, institucional y liberal.

Claro, técnicamente sí hay “opciones”. Abstenerse o anular, por ejemplo; y si bien puede haber simple apatía o elaboraciones filosóficas profundas detrás de esa decisión, en la práctica es tirar su voto a la basura. O puede votar por quien postule Movimiento Ciudadano, lo cual más allá de buenas intenciones, en la realidad aritmética sería una forma indirecta de respaldar al bloque de Morena.

En fin, este 2024 habrá que tomar una decisión en cualquier caso imperfecta, pero en última instancia trascendente, cuyas consecuencias delinearán el futuro de México en el largo plazo, y que para cualquier propósito práctico se reduce a dos alternativas que no dejan lugar a la ambigüedad: autoritarismo o democracia. Le deseo una feliz navidad, un año nuevo lleno de salud, prosperidad, compromiso cívico y definiciones claras.

POR GUILLERMO LERDO DE TEJADA SERVITJE 

COLABORADOR

@GUILLERMOLERDO

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