Por pudor y decoro, Evelyn Salgado, debe dejar la gubernatura de Guerrero. Su permanencia no se justifica. Estorba. Los momentos de crisis describen, retratan. Y ella ha quedado exhibida omisa, rebasada e insensible ante la tragedia. Es diminuta.
¿Cómo entender que, ante las advertencias que el Centro Nacional de Huracanes de EU emitió horas antes de la tragedia no estuviera siquiera en el estado que gobierna? La gobernadora andaba de vacaciones, al momento del impacto. ¿Qué cosa más relevante tenía que hacer Salgado aquella noche de miércoles que estar en Acapulco para revisar el plan de protección civil, lograr la evacuación de la mayor cantidad de gente y aminorar las consecuencias del golpe de Otis?
La gobernadora se tomó unos días de descanso cuando un poderoso huracán se formaba frente a las costas de su estado. Esa negligente omisión muestra sus prioridades: primero su disfrute personal, luego su responsabilidad pública.
Salgado estuvo incomunicada con la entidad a su cargo durante 24 horas. El día siguiente a la tragedia no pudo ni comunicarse con su equipo. Al paso de 36 horas llegó a Guerrero y demoró más de 50 horas en aparecer en el lugar de la tragedia.
En su círculo cercano cuentan cómo fue imposible localizarla, ante la caída de la telefonía en el Puerto, que había sido arrasado.
Por eso las primeras horas tras el golpe del poderoso huracán categoría 5 fueron de pasmo. No había mando. Tampoco ley. Los vacíos de autoridad se llenaron con robos y saqueos a negocios.
La gobernadora mintió al afirmar que participó en reuniones, cuando no estaba en la entidad. Por eso no pudo compartir ni un video o fotografía en la zona de la tragedia.
Fue hasta el viernes que la gobernadora Salgado apareció en redes para exhibirse con atuendo impecable, durante un recorrido a la 1 de la madrugada por la destruida zona Diamante de Acapulco, cuando la oscuridad de la noche le permitió salir de su escondite sin recibir reclamos. Más tarde, presumió la primera “ayuda” a la población: 3 mil despensas entregadas a 72 horas del golpe de Otis, para una población de 270 mil familias con sus viviendas dañadas (cifra oficial), que constituyen cientos de miles de personas afectadas. Solo 3 mil despensas. La indolencia e incompetencia.
Y para rematar, debilitada por todos sus frentes, el fin de semana decidió echarle porras al presidente López Obrador, mientras los daños y devastación arrasaron con Acapulco y dejaron en estado de emergencia 46 municipios más de la entidad. Las porras no alcanzan para cubrir su falta de compromiso. El lunes 30 de octubre, debía atender una llamada del presidente López Obrador a las 7:10am en la mañanera; no llegó, no estuvo a tiempo. Cuando el enlace estuvo listo, ella no pudo tomar el teléfono.
No tiene nada que hacer en el cargo. No es capaz ni competente. Tiene otras prioridades. Fue omisa y negligente.
-Off the record
¿No se dieron cuenta en el PRI que ya aceptaron que el candidato del Frente a la CDMX será hombre y siglado por el PAN?¿O solo algunos lo notaron?¿Adrián Rubalcava estuvo al tanto?¿Avaló lo aprobado? Lo votó ayer la comisión permanente del Consejo Político del tricolor en la capital. El PAN ya había aprobado lo mismo.¿Santiago Taboada será ungido por acuerdo de los partidos y no habrá ni proceso interno? Se haría oficial en cosa de días.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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