Hace unas semanas, el Primer Ministro de Israel, emitió esta declaración: “Ningún país aceptaría sufrir ataques de misiles e intentos de infiltración”. Hay una verdad innegable aquí: ningún país se quedaría de brazos cruzados ante estas circunstancias. Cada Estado y cada ciudadano en esos Estados tiene un derecho a la legítima defensa, y pregunto: ¿Qué sucede con aquellos que no tienen un Estado?
Empiezo por condenar los asesinatos perpetrados por Hamas, y con la misma intensidad, condeno los asesinatos cometidos por el Estado de Israel. Hoy más que nunca, debemos rememorar, entre otras, la masacre de Sabrá y Chatila en 1982 y advertir que el Estado de Israel ha incumplido más de 40 resoluciones del Consejo de Seguridad y más de 100 de la Asamblea General de la ONU.
Hamas no es una fuerza de defensa nacional, como sí la tiene el Estado de Israel. En su resistencia a la ocupación israelí, Hamas ha utilizado el terrorismo y ataques directos contra civiles; tácticas despreciables que constituyen crímenes de guerra. Cuando Hamas se enfrenta al ejército israelí, podríamos argumentar que tal enfrentamiento es legítimo (fuerza armada vs fuerza armada), pero Hamas no es una fuerza defensiva conforme a las reglas del Derecho Internacional.
Dejemos a un lado a Hamas. Centrémonos en la realidad de Gaza, cuya abrumadora mayoría de habitantes no son combatientes. Más de 2 millones de personas en el área más densamente poblada del mundo, en una cárcel al aire libre, víctimas del brutal sistema de apartheid israelí, resisten mal comiendo, durmiendo y buscando a sus familiares, sin suministro de energía, agua y comida, a manos de un ejército extranjero que los oprime y pretende aniquilar. ¿Tienen derecho a la legítima defensa?
En algún momento de la historia reciente, los seres humanos llegamos al consenso de que sólo los Estados pueden ejercer legítimamente la violencia, y resuelto que la guerra es legal bajo ciertas circunstancias, acuñando el concepto de “crímenes de guerra”, ante tipos de violencia inaceptables.
Israel es un estado-nación. Tiene un ejército, uno poderoso. En contraste, el pueblo palestino no tiene infantería ni fuerza aérea ni armada, y tampoco un Estado. No tienen lo primero porque no tienen lo segundo. Son parias, refugiados en sus propias tierras ocupadas por el Estado de Israel ante la complicidad silente de las potencias occidentales y la postura menguante del mundo árabe. Palestina no cuenta con un aliado para la paz. Desde 1948 a la fecha, esto es una realidad. El Estado de Israel ha obstaculizado la creación de un Estado palestino. Por lo tanto, el pueblo palestino no tiene acceso a la violencia internacionalmente regulada. Esto no es excusa para el terrorismo ni para los crímenes de guerra perpetrados por Hamas. Es simplemente un hecho, lo que significa, en realidad, es que no tienen acceso a la defensa legítima.
El pueblo judío, los habitantes de Israel, es un pueblo noble, pero cuestiono el derecho del Estado de Israel para ejercer la autodefensa sobre territorios que ocupa de manera ilegal; cuestiono el método de ofensiva asimétrica y los crímenes de guerra que comete el Estado de Israel en contra del pueblo palestino. Y pregunto si el mundo alguna vez se planteará la posibilidad de que los palestinos también tengan un Estado y derecho a la legítima defensa.
Por Diego Latorre López
SOCIO DIRECTOR DE LATORRE & ROJO, S.C.
@diegolgpn
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