COLUMNA INVITADA

Vere Papa mortuus est

Aunque menguado en sus facultades, voz débil, piernas muertas, el Papa emérito conservó hasta su muerte una total lucidez

OPINIÓN

·
Alberto Barranco/ Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ante el silencio frente a los discretos golpes en la puerta de su alcoba, que al impaciente paso de los minutos se habían vuelto más fuertes, la alarma había despertado al secretario del Papa Benedicto XVI, quien ordenó abrir la puerta del lugar de reposo, en su segunda noche en León, Guanajuato, preparado en el colegio Miraflores, encontrando inconsciente al pontífice en el baño.

En su desvanecimiento el sucesor de San Pedro se había golpeado la cabeza arriba de la nuca, lo que le había provocado una intensa hemorragia.

Auscultado por los médicos, cubierta la herida con un parche y simulada por el solideo, el ilustre huésped pudo celebrar una misa en la capilla del recinto educativo y continuar con el programa de su visita de Estado, del 23 al 26 de marzo de 2012.

De acuerdo a sus biógrafos la señal habría precipitado el deseo de renuncia del teólogo alemán, quien presidiera las exequias a la muerte de San Juan Pablo II antes de ser elegido su sucesor, aunque el anuncio se haría hasta el año siguiente, concretamente en febrero.

Sin embargo, el que sobreviviera casi una década más, en apariencia, desmentía la declinación por enfermedad, dando lugar a una serie de suspicacias.

A la unción del primer pontífice latinoamericano, Jorge Mario Bergolio, quien adoptara el nombre de Francisco en tributo al humilde de Asís, la iglesia se encontraba frente a un inédito desde 1294 en que Celestino V había renunciado a unos meses de ser elevado al trono de San Pedro, bajo el argumento de incapacidad. Dos Papas en la punta de la pirámide.

Uno en funciones y otro emérito. 

Reunidos días después en los jardines vaticanos para develar una escultura del arcángel San Miguel derrotando a Lucifer, el mundo los vio sonrientes y abrazados.

En el escenario, previsto para el jueves 5 de enero a las 9:30 de la mañana en la plaza de San Pedro, el ritual de exequias tendrá varios cambios. De entrada, en lugar del cardenal decano, la ceremonia será presidida por el Papa Francisco, aunque el Papa emérito tendrá una tumba frente a la de San Pedro en las criptas de la basílica.

De acuerdo al deseo del teólogo alemán Joseph Ratzinger su cuerpo reposará donde lo hizo originalmente San Juan Pablo II antes de ser canonizado, a un costado de la capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe.

Aunque algunos grupos tradicionalistas pretendieron en alguna forma sembrar la idea de Papas opuestos, es decir el ortodoxo y el reformista, lo cierto es que Benedicto XVI sólo escribió, desde su discreto refugio en el monasterio Mater Eclessia, textos de carácter teológico. Incluso alguna vez desmintió uno al que la insidia calificaba como corrección de plana a su predecesor.

Aunque menguado en sus facultades, voz débil, piernas muertas, el Papa emérito conservó hasta su muerte una total lucidez.

Su biografía se resume en el mensaje de la casa Pontificia al dar a conocer la triste nueva: “Humilde trabajador de la viña del Señor”.

POR ALBERTO BARRANCO CHAVARRÍA
EMBAJADOR DE MÉXICO ANTE LA SANTA SEDE
@ALBERTO19279815

PAL