MALOS MODOS

Cómo gobernar con eufemismos

“Accidente” suena a que hay algo de inevitable en lo que pasó. A que la vida es incierta. A que el hombre propone y Dios dispone

OPINIÓN

·
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La 4T ha llevado a sus manifestaciones más sonoras una estrategia barata y de fácil aprendizaje de la política mexicana de toda la vida. La cosa funciona así: ante un derrumbe con muertos, una mortandad de cientos de miles en una pandemia o una masacre, un eufemismo. ¿Se te cae en pedazos una línea de metro con 26 muertes? “Accidente”. Gran palabra. “Accidente” suena a que hay algo de inevitable en lo que pasó. A que la vida es incierta. A que el hombre propone y Dios dispone. A tragedia griega: a que te encuentra tu destino y no hay pa’dónde hacerte. A que si te toca, ni aunque te quites. O sea, suena a que nadie tuvo que ver con el asunto, por corrupción o por falta de mantenimiento.

Ahora bien: la palabra “accidente” tiene algo de categórico, de brutal. Sólo puedes usarla en casos muy dolorosos. Para casos menores, como que choquen dos trenes y solo muera una persona, o el incendio de un centro de mando, lo que procede es “incidente”. Lo que me lleva a preguntar: ¿no se está tardando la administración chilanga en usar “incidentito”? La humareda diaria con apenas unos intoxicados, el chisporroteo que detiene media hora el servicio, merece una disminución todavía mayor de la carga negativa del término, amigues. Aplíquense. Como hicieron con lo de la ivermectina, que no fue un experimento con seres humanos sino un “observational study”, así, en inglés.

Por supuesto, “incidentito” puede y debe llevar aparejada esa palabra que, apuesto, tendrá una larga vida en el sexenio: “atípico”. No es nueva. Hemos oído un millón de veces lo de las “lluvias atípicas”, que son una cosa que en México ocurre cuatro veces por semana, nueve meses al año. Bueno, la administración chilanga ha llevado ese eufemismo al subsuelo: al Metro. Le llama atípica a la basura en las vías, que todos los que hemos usado ese medio de transporte sabemos que es tan vieja como el Metro mismo, y a las referidas humaredas, que son dos diarias.

De momento, sin embargo, es una palabra infra utilizada. Por ejemplo, el Presidente, en sus mañaneras, podría hablar de “masacres atípicas”, con carcajadas como acostumbra o sin ellas. También podría decir que el fiscal general, más que en una “reparación”, está en una “convalecencia atípica”, lo que explica que no haya chambeado desde noviembre, y, ya que estamos, que no hace un uso procazmente personal de la investidura, sino, lo adivinaron, “atípico”. Sé que el tlatoani dice que su pecho no es bodega, pero hombre, los eufemismos tampoco le son ajenos.

¿Se acuerdan de “hemos logrado aplanar la curva”, aquel anuncio de que se venían otras decenas de muertes por COVID-19? Sí, los de la 4T se han hecho buenos para los eufemismos. Y se entiende que los usen. Lo que no se entiende es que en los medios nos dediquemos a reproducirlos, pero ese es otro tema.

JULIO PATÁN

COLABORADOR

@juliopatan09 

LSN