Cuerpo y Alma

La mujer (no) rota

Su parecido con el que aparece en la obra inspirada por el bombardeo del mismo nombre, ocurrido en 1937 durante la Guerra Civil española es, cuando menos, intrigante

La mujer (no) rota
María Elena Esparza Guevara / Cuerpo y Alma / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Este año es de Picasso; se conmemora el 50 aniversario de la muerte de quien suele ser referido como el padre del cubismo, una vanguardia de principios del siglo 20 transgresora de la perspectiva tradicional a través de la descomposición de las imágenes en todos sus planos, representados de manera simultánea.

Del pintor hay un legado invaluable: rompe récords cada que aparece en subasta. Las filas para admirar “El Guernica” en el Museo Reina Sofía de Madrid no se acaban ni a las 9 de la noche y las miradas se fijan en una cascada de emociones difícil de descifrar: ¿será el prestigio?, ¿acaso la genialidad? Personalmente, no sentí nada especial cuando lo vi. Me impresionó mucho más, en una pequeña sala contigua, un toro pintado por Dora Maar un par de años antes de que Picasso hiciera su famoso mural.

Su parecido con el que aparece en la obra inspirada por el bombardeo del mismo nombre, ocurrido en 1937 durante la Guerra Civil española es, cuando menos, intrigante. De Maar sabemos poco y, como le pasa a muchas compañeras de artistas notables, suele ser referida solamente como la musa o una amante tormentosa. Ese estereotipo de belleza callada, ideal para romantizar su ausencia en la historia por sus propios talentos.

Parece importar más el retrato que le hizo Picasso que la aportación cultural, artística y filosófica de ella en paralelo con la del pintor que fue su pareja durante 9 años. En esa obra, el cubismo nos permite mirar a Dora como una mujer rota. Otra, distinta, pero la misma descrita por Simone de Beauvoir en su libro, marcada siempre por su edad, el amor y la soledad; oculta tras el protagonista masculino de su vida.

Hace unos días, la Suprema Corte de Justicia de la Nación terminó con 200 años de presidencia masculina. Al elegir a la Ministra Norma Piña no sólo dijo sí al tiempo de mujeres que claramente se consolidará en este 2023 y hacia adelante, sino también a la posibilidad de mujeres enteras, que se acuerpan en todas las que les han precedido y en quienes ejercerán los beneficios en derechos de la lucha que sigue actualmente por la igualdad sustantiva. Así lo dijo ella misma y es motivo de expectativa.

Hoy, en nuestro país y en el mundo hay, todavía, millones de niñas y mujeres rotas. Nombrarlas y asegurar que puedan vivir libres y seguras, transgredir su perspectiva tradicional que las vulnera y condiciona, es la gran vanguardia de este nuevo año: desde nuestra trinchera, seguiremos trabajando para que capten las miradas y acciones de gobierno y sociedad.

POR MARÍA ELENA ESPARZA GUEVARA
 @MAELENAESPARZA

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