DESDE AFUERA

Argentina y su crisis ¿permanente?

El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández apenas se hablan. Hay visiones encontradas sobre la conducción económica

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Afirmar que el gobierno de Argentina se encuentra en una crisis parecería superfluo: después de todo, para muchos analistas dentro y fuera del país, ese es un estado frecuente por décadas.

Argentina está —otra vez— en problemas económicos de origen político, determinados en gran medida si no completamente por un choque entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández, que apenas se dirigen la palabra.

La designación de Sergio Massa, líder de la mayoría peronista en la Cámara de Diputados, y uno de los pocos políticos con capacidad de mediar entre los dos Fernández, es una señal del tipo de conflicto en que se encuentran el gobierno y el país.

Massa ocupa un nuevo "Superministerio" a cargo de Economía, Producción y Agricultura que incluye las Secretarías de Finanzas, Hacienda, Pesca y Ganadería, amén de Aduanas y Banco Central. Se encargará además de reestructurar una deuda externa de 44 mil millones de dólares. Pero es el tercer ministro de Economía en un mes. Su inmediata predecesora, la economista Silvina Batakis, fue nombrada el 4 de julio y renunció el 28 de julio.

Así, se considera que lo más importante será su papel político y su capacidad para mediar en un choque originado, en parte en recelos políticos, y en gran medida por visiones encontradas sobre la conducción económica.

El presidente Fernández promueve una política que podría definirse como ortodoxa, con reducción de déficits y cumplimiento de convenios con el FMI; Cristina —al igual que su fallecido esposo, el expresidente (2003-2007) Néstor Kirchner— propone la expansión del gasto público con fines redistributivos.

La confrontación entre ambos Fernández se complica porque no sólo son evidentemente parte importante del Partido Justicialista (peronista), sino porque tienen pretensiones; uno, de buscar la reelección, y la otra, de regresar a la Presidencia, que desempeñó de 2007 a 2015.

Parte de los motivos de Cristina, se dice, es sostener el fuero que la mantenga fuera de responsabilidades penales. Actualmente enfrenta un juicio por corrupción. Pero quizá sea también la persona más influyente, hoy por hoy, entre los peronistas, al grado que se dice fue un factor importante en la selección de Alberto Fernández como candidato de su partido a la Presidencia en 2017.

El choque se traduce en inestabilidad financiera y un desplome del peso, mientras la diferencia entre el dólar de mercado oficial y el llamado "azul" —porque es tolerado en vez de ser “negro"— subió a 150 por ciento.

Y para enredar más las cosas, Massa es para muchos la mejor carta posible para que los peronistas sigan en el poder en las elecciones de 2023.  Pero como suele ocurrir, los problemas sistémicos no se resuelven con una persona. Al parecer, es una lección que los latinoamericanos no acabamos de aprender.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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