COLUMNA INVITADA

La importancia de la educación financiera en tiempos de crisis

Sólo 33 por ciento de la población tiene un nivel “básico” de conocimientos sobre finanzas

OPINIÓN

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Luis Miguel Martínez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

En México, únicamente alrededor de 30 por ciento de la población tiene conocimientos alusivos a las finanzas personales, reflejando que, en el país, la educación financiera es un tema que poco se toma en cuenta, sin embargo, ante el panorama económico actual, esta falta de conocimientos sobre el manejo de los ingresos representa una gran desventaja que puede provocar crisis monetarias importantes en los hogares mexicanos, por lo que aprender a saber cómo y que momento gastar, es fundamental en momentos de incertidumbre económica.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Instrumentos Financieros (ENIF) 2021, el 50.8 por ciento de la población de 18 a 70 años, separa el dinero para pagos y deudas del gasto diario, lo cual ya representa un avance en la educación financiera, aunque no es suficiente, pues son menores los porcentajes de quienes llevan un registro de sus deudas o pagos pendientes por hacer, (41.5 por ciento), hacen anotaciones de sus gastos (23.5 por ciento), hacen un presupuesto o registro de sus ingresos o gastos (22.5 por ciento) y de quienes tienen pagos domiciliados o herramientas de administración de finanzas (17.6 por ciento).

El mismo estudio realizado en 2018 reveló que, en México, sólo 30 por ciento de su población cuenta con conocimientos alusivos al manejo racional de los recursos, en contraste con Suecia, Noruega y Dinamarca, cuyos porcentajes se elevan a 71 por ciento, Canadá 68 por ciento y Reino Unido a 67 por ciento.

En ese orden de ideas, el director general de Educación Financiera de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), el doctor Wilfrido Perea Curiel, ha referido que, en materia de habilidades y conocimientos de educación financiera, México se encuentra por debajo del promedio de los países de la OCDE.

Lo anterior, deja ver que “es un mínimo porcentaje de mexicanos los que hacen un presupuesto y que tienen conocimiento de cómo manejar su crédito y el ahorro.”

Asimismo, el estudio publicado en 2020, titulado “Iniciativas Privadas de Educación Financiera en México: Oferta, Demanda y Oportunidades de Mejora”, realizado por Nacional Monte de Piedad en alianza con el Centro de Estudios de Competitividad del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), reveló que 67 por ciento de la población se encuentra en una situación crítica por tener rezagos en aspectos específicos de conocimiento, comportamiento, planeación y uso de los servicios financieros. Esta cifra también podría estarse correlacionando directamente con el nivel de deuda que la banca nacional registra por parte de miles de clientes en sus carteras.

De esta cifra se desprende que 12 por ciento de la población tiene conocimientos financieros “deficientes” y 22 por ciento conocimientos “débiles”, ambos segmentos se conforman por perfiles sociodemográficos de personas sin estudios o con educación básica concluida, con muy escasa familiaridad con el uso de la tecnología, principalmente el celular, y del cual, las mujeres dedicadas al hogar son quienes componen la mayor parte de la población con este nivel. Si estas cifras se unifican, estaríamos afirmando que más de un tercio de la población se ubicaría en este segmento poblacional.

Además, el estudio refirió que sólo 33 por ciento de la población cuenta con un nivel “básico” de conocimientos sobre finanzas, y el porcentaje está comprendido mayoritariamente por quienes cuentan con estudios de educación media superior que tienen un trabajo o trabajan en el hogar, pero no cuentan con un seguro médico y no todo este porcentaje cuenta con un teléfono inteligente.

El hecho de que México no tenga ni siquiera el promedio (de la OCDE) en educación financiera, se refleja en la administración de los ingresos en los hogares mexicanos, que además de todo son bajos, debido a que el salario mínimo en el país es de 172.87 pesos diarios, y más cuando el mundo se encuentra en complicaciones como la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania, las irrupciones en la cadena de suministros y la crisis de “chips” elaborados por semiconductores, situaciones que han provocado un momento complejo en la economía, como la caída y estancamiento del PIB y las altas tasas inflacionarias.

Ante el escenario de incertidumbre económica que el mundo enfrenta en la actualidad, los asideros de confianza o inversión económica con los cuáles puedan contar las personas en el mundo significarían una diferencia sustancial entre un mundo con oportunidades a mediano y largo plazo y uno en donde la inviabilidad financiera para salir adelante, después de que pase la crisis sanitaria y la guerra entre Rusia y Ucrania, sea una constante. La mejoría en la administración de los recursos personales ayudaría en demasía a los gobiernos en la economía interna de las naciones. 

POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES

PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

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