COLUMNA INVITADA

De la sequía a la crudeza del invierno

Aunque trillado, las ambiciones que motivan las guerras de conquistas tienen un nuevo leitmotiv para iniciarlas: el agua

OPINIÓN

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Juan Luis González Alcántara / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En 1974, Roman Polanski dirigió Chinatown, y uno de los aspectos poco recordados de este film noir de culto es la escasez del agua en Los Ángeles y el control del vital líquido en una trama caracterizada por la corrupción.

El cambio climático muestra cada vez más los efectos que, parece ser, se volverán permanentes, y, peor aún, irreversibles. La Europa mediterránea está asolada con una serie de incendios forestales devastadores, no sólo por las grandes extensiones de áreas destruidas, sino por las consecuencias que esto traerá en forma inmediata. La guerra en Ucrania nos advierte que ante la falta de suministro de gas, y en espera de inviernos particularmente crudos que se avecinan en el mismo continente que en estos momentos se sofoca, pero después se congelará.

Del otro lado del Atlántico, una sequía más que preocupante en Estados Unidos y México debería ponernos en alerta ante la terrible realidad: la falta de agua es inminente. Aunque trillado, las ambiciones que motivan las guerras de conquistas tienen un nuevo leitmotiv para iniciarlas: el agua.

Las nuevas generaciones tendrán lamentablemente una carga a cuestas provocada por el desabasto, el encarecimiento y el racionamiento del consumo humano del agua y de energía. Las primeras señales de escenarios que marcarán una nueva era ya se asoman con descaro, una vuelta a energías contaminantes agrava el problema –como la Europa del carbón– y una actitud sin justificaciones que ponen en duda la gravedad del cambio climático – como lo han hecho Trump en Estados Unidos y Bolsonaro en Brasil–.

Es el momento de que México tome cartas en el asunto, si bien no para retrotraer lo fatídico del problema, sí para aminorarlo en la medida de lo posible. La agenda nacional debe enfocarse arduamente a aspectos varios, pero necesariamente entrelazados: combate efectivo a los incendios forestales; contundencia en la protección de áreas naturales socavadas por la tala ilegal y un urbanismo irregular dotado de grandes dosis de corrupción; un inventario en actualización permanente de los recursos hídricos; nuevas y más formas de captación de aguas pluviales; un proceso de concientización que involucren a gobierno y sociedad en el uso responsable del agua como bien eminentemente público.

La ficción se está volviendo una cruda realidad, que en muchas ocasiones ésta supera a aquella. Nunca mejor aplicado el título en español de otra película de culto de 1973, Cuando el destino nos alcance, porque parece que ya nos alcanzó.

POR JUAN LUIS GONZÁLEZ ALCÁNTARA
MINISTRO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

PAL

 

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