“¡Con unidad y movilización, pintaremos de guinda a todo el país!” Mario Delgado.
Aún no se alcanzan a dimensionar los resultados electorales del pasado 5 de junio y el partido Morena ya comienza con la carrera para las gubernaturas de Coahuila y del Estado de México en el 2023, sin dejar de fijar la vista en la sucesión presidencial. Este mitin realizado por los morenistas, sorprendió a la oposición, sin embargo, si miramos al espejo retrovisor, podemos observar claramente el vértigo que ha tenido Morena desde su nacimiento (oficial) en 2014, ganando la presidencia de la república, ambas Cámaras y al día de hoy, 20 gubernaturas y con altas expectativas para ganar otros dos estados y otra vez ocupar la silla presidencial.
No es casualidad que el arranque de campaña -no oficial- de Morena se haya situado en el Estado de México, pues en las elecciones para gobernador de 2017, la maestra Delfina Gómez se quedó muy cerca de ser la primera gobernadora morenista y la primera persona no priista en ocupar dicho cargo. En esta ocasión, a falta de un año y aún sin candidato o candidata, parecería que habrá oportunidad de alcanzar la gubernatura mexiquense. Una entidad federativa que al presidente le importa en demasía conquistar por los simbolismos que contiene, además de ser el padrón nominal más vasto del país y los recursos que conlleva.
En esta reunión morenista se pudo escuchar a los dos aspirantes presidenciales más adelantados, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, aludiendo a los logros del gobierno federal y, por su parte, el canciller Marcelo Ebrard, reseñó un poco su participación en la Cumbre de las Américas. Ambos funcionarios declararon que Morena necesita unidad y rumbo fijo para dar continuidad al proyecto de la llamada Cuarta Transformación. El titular de la Secretaría de Gobernación, Adán Augusto López, también se proclamó con un discurso con mayor cariz social, con un estilo mucho más parecido al del presidente.
Al día siguiente de esta reunión, López Obrador mencionó en la conferencia matutina que todas y todos en Morena tienen derecho a participar: Ricardo Monreal, Tatiana Clouthier, Esteban Moctezuma o cualquier otro podrían aparecer en las encuestas, “la primera entre diez aspirantes y la segunda entre los dos o tres finalistas” y recalcó que “al que gane, a ese le voy a apoyar, pero sin dejar mi trabajo, sin hacer campaña…” Sin embargo, el ya recurrente método de “la encuesta” ha sido muy señalado, tanto al interior de algunas facciones, así como en la opinión pública.
Así, parece inaugurada la contienda electoral para el año 2024. Mientras Morena ya se encuentra en contienda abierta, con tres “tapados” dispuestos a suceder a López Obrador, con todos los recursos puestos en el Estado de México, la oposición no encuentra la brújula. PAN, PRI, PRD y MC aún no deciden si irán en alianza o si está realmente suma o resta preferencias, tampoco tienen personajes que puedan hacer mover las preferencias ni mucho menos un plan de campaña para mostrar una estrategia de gobierno diferente a la de la 4T. Empero, este escenario no deberá ser tomado con confianza por Morena, pues es bien conocido que las mayores batallas partidistas se despliegan en las internas, ya sean abiertas o por encuesta.
POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR
PAL
Sigue leyendo:
El gran reemplazo y su peligrosidad
Indicadores para mejorar la realidad