DESDE AFUERA

México-EU: más esperanzas que certidumbres

Afirmar que las relaciones entre Estados Unidos y México están en un momento subóptimo parecería ocioso

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Afirmar que las relaciones entre Estados Unidos y México están en un momento subóptimo parecería ocioso.

Esperar una mejoría en los próximos años resulta más una esperanza que una certidumbre. Pero, al mismo tiempo, y pese al ruido ambiental, la agenda bilateral no ha cambiado y tampoco los imperativos de vecindad.

Son problemas de economía y migración, de comercio y medioambiente, de infraestructura y seguridad, de complementariedad y visiones políticas. La realidad de la vecindad es que ninguno de los dos países, y por ende sus gobiernos, puede tomar decisiones sin afectar al otro.

Para bien o para mal, el gobierno mexicano debe considerar la política interna estadounidense y la enorme variedad de actores y factores que pueden tener algún tipo de impacto, desde demagógicos gobernadores de estados fronterizos, como el texano Gregg Abbott, a miembros del Congreso u organismos no-gubernamentales (ONG) interesados en medioambiente, derechos humanos o seguridad.

Para un sector de ese país, ubicado especialmente a la derecha y en el Partido Republicano, las cuestiones de migración y fronteras porosas muestran una debilidad inaceptable que sólo puede resolverse con medidas que fortalezcan las "defensas" de la frontera sur.

Pero un ya famoso discurso del expresidente Donald Trump, puso de relieve lo que se puede esperar con lo que parece el inminente regreso republicano al poder: presiones económicas y políticas para obtener la colaboración del gobierno mexicano en los temas que le interesen.

Según Trump, las presiones funcionan, como demostró la movilización "gratis" de 28 mil hombres del Ejército mexicano para detener a caravanas de migrantes centroamericanos.

Para los republicanos, la política de "permanecer en México" debe ser revitalizada, aunque más bien resulta de su oposición a la política migratoria del gobierno del demócrata Joe Biden.

Por su parte, Biden parece confiar más en que las necesidades económicas y el Tratado comercial México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) favorecerán la mayor colaboración bilateral en temas como medio ambiente, derechos laborales, migración y certidumbre legal. La situación económica y de seguridad en México se refleja en una reducción o un incremento de la migración, que volvió a crecer los últimos años.

Para los estadounidenses, hay una visión mixta de la cooperación de seguridad con el gobierno López Obrador, que restó énfasis a la reforma institucional en México y la colaboración con la Agencia Antidrogas (DEA), pero dio prioridad a temas como el tráfico de armas y la prevención de violencia.

El poderío de grupos de crimen organizado preocupa, pero una demanda mexicana contra fabricantes de armas estadounidenses encontró simpatías.

Más allá, se siguen con atención los acercamientos del gobierno mexicano con la izquierda regional y en especial con China. La actitud hacia Rusia y su invasión de Ucrania no ha sido bien recibida a pesar del apoyo a la condena en Naciones Unidas.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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