AGENDA LEVANTINA

Desde el Monte de los Olivos

Un multilateralismo impotente y las próximas elecciones en Francia se suman a la frustración de los palestinos ante el avance de la anexión

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Desde el 9 de abril, la réplica se realiza de forma sistemática. Por un lado, el Ejército israelí considera legítimo desplegar "medidas antidisturbios" con munición real. Por otro, los palestinos se manifiestan, queman neumáticos o tiran piedras. La violencia, especialmente cuando se usa de manera arbitraria, generalizada y desproporcionada, no logra prevenir nuevos ataques. La opinión pública israelí necesita este tipo de respuesta. Esta es la función de las imágenes que llegan desde Cisjordania: permite a los políticos poner en escena su determinación de "defender la patria contra el enemigo". 

Se despliega de nuevo el Ejército, se efectúan redadas para detener a los familiares de los atacantes sospechosos de complicidad, se prohíbe que los palestinos de Cisjordania visiten a sus familias al otro lado de la línea verde, en pleno ayuno del Ramadán, se cierra la posibilidad de regresar a su lugar de trabajo en Israel.

La mera presencia de soldados en las aldeas y los campos de refugiados estimula la fricción y provoca bajas palestinas, lo que a su vez aumenta el deseo de venganza y prolonga la ola de violencia.

La extrema derecha israelí agrava aún más la atmósfera. En un mes ha habido alrededor de 60 incidentes de lanzamiento de piedras y daños a la propiedad dirigidos contra palestinos en Cisjordania, en venganza por actos de terrorismo. Asimismo, los colonos de la organización nacionalista israelí Ateret Cohanim, que trabaja por la judaización de Jerusalén comprando propiedades de forma a menudo opaca, exaspera a la población y las instituciones cristianas allí. En las afueras de la Ciudad Vieja, en el Monte de los Olivos, donde se encuentran varias iglesias prominentes, Israel planea expandir un parque que ocuparía terrenos pertenecientes a instituciones cristianas. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), alrededor de 300 colonos viven en la parte cristiana de la Ciudad Vieja ubicada en Jerusalén Oriental, sector palestino anexado en 1967 por Israel.

Se pasan siempre por alto las cuestiones estructurales del racismo y la ocupación israelíes, ante las cuales el multilateralismo parece extrañamente impotente. Los palestinos no cuentan ni con Francia, donde las elecciones presidenciales se juegan entre Emmanuel Macron ("centro"), quien ha equiparado el antisionismo con antisemitismo y cuyo gobierno ha prohibido manifestaciones en París a favor de los derechos palestinos, y Marine Le Pen (extrema-derecha) quien multiplica los gestos de acercamiento a Israel y quien, como gran parte de la clase política francesa, establece un paralelismo entre los desafíos de seguridad e identidad de Francia con los de Israel.

Es improbable que la angustia de las Iglesias sea factor que interpele a una Francia que gusta de reiterar el compromiso con los cristianos de Oriente, de los que se considera protectora histórica.

POR MARTA TAWIL
INVESTIGADORA DE EL COLMEX

PAL

 

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