El día esperado llegó para el presidente López Obrador. Mañana será inaugurada una de sus obras insignias del sexenio: el aeropuerto Felipe Ángeles, un proyecto que desde antes de su ascenso al poder marcó por dónde iría su plan de gobierno, pues la cancelación anunciada del aeropuerto de Texcoco fue el parteaguas de la lucha a sangre y lodo por el cambio de una élite política y económica.
La cancelación de Texcoco finalmente acabó con los beneficiarios del Pacto por México, cuyos representantes del PAN, PRI y PRD vieron truncado lo que sería el fruto de esos acuerdos para sacar las reformas de interés del gobierno de Enrique Peña Nieto.
El desarrollo de un nuevo corredor haría nuevos millonarios a un sector de la clase política aliada al peñismo, como el propio morenista Higinio Martínez, que supo negociar; se canceló para siempre y cuyo bastión precisamente se asienta en aquellos rumbos del Estado de México.
Los nuevos ricos o que acrecentarían sus fortunas se quedaron con el sueño de detonar un complejo que partiría del Aeropuerto de la Ciudad de México por la zona oriente de la capital hasta Texcoco.
Por eso Higinio se pronunció abiertamente en contra de la decisión de López Obrador de sepultar para siempre el aeropuerto de Texcoco, las propiedades adquiridas y el reparto de espacios en esa megaobra sería la mejor de sus ganancias.
Difícilmente se le volverá a presentar una oportunidad de esa índole y menos ahora que el Presidente no le tiene confianza. Así, Andrés Manuel López Obrador echará a andar una de sus grandes obras. Aunque ayer aún se realizaban trabajos a marchas forzadas, la base aeronáutica Felipe Ángeles será inaugurada mañana. Hay mil 500 lugares para invitados especiales.
Cada secretario tiene derecho a 25 lugares. Ellos decidirán a quiénes llevan. Hay un grupo de empresarios que tiene derecho a siete lugares cada uno y todos serán testigos directos de la inauguración. Sólo el tiempo dirá si el Presidente acertó o fue una de sus peores equivocaciones como gobernante, tras más de 18 años de buscar la presidencia de México.
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El presidente López Obrador puso quietos a sus legisladores con unas palabras al cancelar la aprobación de una cobranza delegada en términos simples para que el patrón sea el cobrador del sector financiero. Lo grave no esta ahí, habían advertido los mismos legisladores de la 4T antes de aprobarse la ley en la materia, sino que lo grave radica en que se les descontaría al trabajador desde antes de que reciba su salario.
Ni Ricardo Monreal tuvo el temple de frenar tal atropello a los trabajadores. Pensaron que quedarían bien con el jefe y finalmente éste les dio un revés.
Las modificaciones a las leyes generales de Títulos y Operaciones de Crédito, de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito, así como a la Ley de Protección y Defensa al Usuario de Servicios Financieros, con objeto de incluir la figura de “cobranza delegada fueron canceladas por López Obrador al advertir que es una injusticia y no va a publicar en el Diario Oficial de la Federación la decisión del Legislativo.
Nada más sirvió la propuesta para que PT, Morena y el Verde Ecologista ahondaran sus diferencias. La grieta entre los tres es grande. De por sí en estos tres años se ha desgastado la relación Morena-PT. Solo los mantiene cerca el interés de camarilla.
UPPERCUT: A pesar de la decisión del Tribunal Electoral emitida el viernes, algunos representantes de Morena de alto nivel siguieron promoviendo la Revocación de Mandato.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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MAAZ