Causa común por México

La Marcha del 13 de noviembre

El domingo 13 de noviembre no fue un domingo cualquiera. La ciudad de México bajo el cobijo del Ángel de la Independencia

El domingo 13 de noviembre no fue un domingo cualquiera. La ciudad de México bajo el cobijo del Ángel de la Independencia, a lo largo y ancho de la más hermosa de nuestras avenidas, Reforma, cientos de miles de mexicanos y mexicanas de todas las edades, se dieron cita de manera pacífica y respetuosa para expresar su respaldo y confianza plena en el Instituto Nacional Electoral.

Desde muy temprano, ocho de la mañana, habitantes de la ciudad y diversos municipios de la zona metropolitana, se dieron cita en diferentes puntos aledaños a la glorieta del Ángel, para ser parte de la Gran Marcha convocada por ciudadanos, encabezada por ciudadanos, e integrada por ciudadanos de Conciencia Activa. con un propósito definido; exigir respeto a la integridad del INE y hacer Cusa Común por México.

La marcha fue pacífica, ordenada, respetuosa, limpia. Las consignas que coreaban los manifestantes fueron espontaneas y diversas; EL INE NO SE TOCA, TODOS SOMOS MEXICANOS, UNIDAD NACIONAL, RESPETO A NUESTRA DIGNIDAD, ALTO AL DISCURSO DE ODIO, QUEREMOS DEMOCRACIA NO DICTADURA.

La manifestación ciudadana integrada por cientos de miles de participantes tuvo eco en más de 63 ciudades del interior de la república y 4 países con un resplandeciente saldo blanco. La referencia a la organización de la manifestación, fue constante en los medios de información, que discutían el tema del evento, sobre todo, por los constantes ataques y descalificaciones que el presidente pronunció sobre organizadores y participantes.

No me voy a detener en relatar la cantidad, categoría y emotividad de los insultos proferidos por el presidente, tampoco, sobre la aplicación del hoy no circula por contingencia ambiental, aplicada por el gobierno de la ciudad de México, impuesta la tarde noche anterior al evento, que se interpretó más como un intento fallido de boicot a la organización de la manifestación, que por el interés de proteger el ambiente. Tampoco me detendré en el boicot a los medios masivos de transporte que se hicieron más torpes y lentos que nunca.

Tampoco me ocuparé de especular sobre el aparente bloqueo técnico al internet, ni de la operación soterrada de activistas del partido en el gobierno para contener, entre sus afines, la participación, ni detallar el deliberado encendido de las fuentes en la explanada del monumento a la revolución para acotar espacios en la explanada, que por cierto algunos jóvenes taparon los orificios con sus tenis, evitando la agresión.

Por el contrario, comparto con ustedes, que alentado por mis hijos asistí y participe en la manifestación ciudadana. Lo hice acompañado de mi familia nuclear y ampliada. Fue muy emotivo escuchar a mis hijos y nietos corear consignas en favor de México, nuestro país. Gritar una y otra vez hasta la ronquera, al paso de la manifestación, que estábamos ahí, por amor a México. Que nuestra razón estaba fundada, en el anhelo de un futuro mejor para nuestros niños y jóvenes.

Que exigíamos respeto para todos y trabajar esmeradamente por la unidad nacional. Gritábamos que nos necesitábamos todos, que juntos éramos más fuertes que nadie. Que somos una gran nación, que somos orgullosamente mexicanos, pero que necesitábamos y exigimos respeto a nuestras libertades para pensar, decidir y hacer. Que somos una inmensa sociedad plural y diversa.

Nos necesitamos todos y la cooperación comienza, con el respeto, el diálogo y el consenso. Los ciudadanos hablaron, se manifestaron, expresaron sus motivaciones y exigencias. Ahora es momento para que los legisladores de todos los partidos políticos cumplan con su responsabilidad y juramento de proteger los intereses del pueblo de México.

Proteger nuestras libertades y derechos de todos los mexicanos, en un deber ineludible. Proteger lo conquistado hasta ahora por el pueblo de México, es sensato, inteligente y responsable. Proteger el INE, es proteger nuestra democracia, nuestras libertades, nuestra dignidad y nuestro futuro.

El mensaje del Maestro Woldenberg bajo la egregia figura del Monumento a la Revolución, fue un espacio para el recuento de nuestra historia patria. Hacer vigente, nuestras razones para estar presentes. Síntesis del esfuerzo de millones de mexicanos de todos los tiempos, que han trabajado y luchado por construir las institucionales nacionales que ahora nos cobijan, como el Instituto Nacional Electoral.

No las podemos perder, aun cuando el gobierno lo niegue, con reformas disimuladas que solo pretenden arrebatar el poder de la democracia al pueblo para concentrarlo en el gobierno. Los legisladores tienen la palabra, el rumbo ya lo marco la ciudadanía. Entonar nuestro Himno Nacional, sello el compromiso ciudadano.

Este 13 de noviembre, no fue un domingo cualquiera, quedó inscrito en la historia patria como el día, que los ciudadanos mexicanos de conciencia activa, levantaron la voz para
marcar el rumbo.

POR FERNANDO ALBERTO GARCÍA CUEVAS

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