DESDE AFUERA

Lula y las esperanzas de la izquierda

Una victoria del ultraderechista Bolsonaro sería frustrante para muchos en la región, aunque no necesariamente el fin de los sueños

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Al margen de los resultados de la votación del domingo y de las tácticas a las que recurran el oficialismo y la derecha brasileña en favor de su propio candidato, el presidente Jair Bolsonaro, el triunfo o derrota del izquierista Luiz Inácio Lula da Silva tiene implicaciones para América Latina.

Mucho va a depender de la victoria de Lula da Silva, que a sus casi 77 años de edad, es considerado como un personaje histórico para la nación sudamericana y al menos, de acuerdo con el mandatario argentino, Alberto Fernández, el líder que América Latina, en general, y la izquierda regional, en particular, esperaba.

Eso explica, en alguna medida, la afluencia de Brasil de líderes de partidos regionales presuntamente de izquierda, que como Mario Delgado, el presidente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de México, acompañan a Da Silva en el llamado "Grupo de Puebla".

Sin embargo, de creer a las declaraciones atribuidas a Edinho Silva, alcalde de Sao Paulo y jefe de la campaña electoral del exmandatario izquierdista, el celebrado candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT), "encabezará un gobierno no petista, de transición y de un solo mandato".

Lula da Silva hizo los señalamientos durante una entrevista publicada el fin de semana por el diario electrónico La Política Online, en vísperas de la votación llevada a cabo ayer, en la que se anticipaba un triunfo del izquierdista, aunque quizá no suficiente para evitar una segunda vuelta, como prevé la ley de ese país.

La victoria de Lula en la primera vuelta sería la cereza en el pastel para la llamada marea rosa en Latinoamérica, una región donde las principales naciones tienen ahora mandatarios de izquierda que, al menos retóricamente, proponen de nuevo la creación de una comunidad.

Sin embargo, la situación de esa nación sudamericana no es considerada la misma que hace una década cuando, según la Revista Brasileña de Política Exterior, Lula da Silva se proponía "convertir a América del Sur en un polo de poder sustentado en una base económica sólida, unidad política y autonomía en materia de seguridad", con Brasil en el centro.

Para la nación más grande de América del Sur, por lo menos hasta la década pasada y quizá en los años que se aproximan, la política exterior fue un importante instrumento para promover el desarrollo y, de hecho, se encontró en el centro de varios esfuerzos de integración regional a los que no estuvo ajeno su deseo de ejercer su liderazgo en la región y rebasar la competencia planteada por un intento del expresidente de Venezuela, Hugo Chávez.

No obstante, en la medida que el exmandatario izquierdista quiera o pueda ser protagonista de lo que bien podría definirse como quinto o sexto intento integracionista latinoamericano está por verse: aún si ganara en la primera vuelta, la situación política y económica de esa nación, con una derecha empoderada y activa, lo obligan a centrar su atención en temas domésticos.

Una victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro sería frustrante para muchos en la región, aunque no necesariamente el fin de los sueños brasileños, solamente un notable cambio de estilo.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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