MALOS MODOS

De México para el mundo: momentos estelares de la nueva diplomacia

Hay aún muchos diplomáticos de carrera de los de vieja guardia, con sus corbatas y sus lociones

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Tenemos un nuevo lugar en el mundo. Se nos ve ya de otra manera. Sí: la Cuarta, que no es sino una proyección de la personalidad única de nuestro Presidente, va, y no sólo va en la noble tierra mexicana, sino en todo el orbe. Vean sino a nuestra representación diplomática, que está rompiendo paradigmas.

¿Se acuerdan de aquellos embajadores y cónsules todos fifís, con sus idiomas, sus uñas cortadas y sus buenos modales? Se acabó. Cuando la cancillería nombra a un embajador, como el que va a darnos cara en Panamá, lo que está haciendo es una declaración de principios. Le está diciendo a Panamá y al mundo que el México profundo está de vuelta, con las acusaciones de acoso, las comparecencias a medios chiles y los insultos cuando la peda ya es a tope. Nada de champañitas y alta gastronomía para las recepciones: fogonazo de destilado made in Mexico, tamalito y “foc yu, mínister”.

El estilo Tonayán de gobernar a escala planetaria. Para no hablar de Venezuela. Al país hermano le mandamos a un sujeto que destaca por armar un movimiento para no pagar el recibo de la luz. Jugada maestra: un enviado a la altura de Maduro y la gratitud de Bartlett. Por supuesto que hay aún muchos diplomáticos de carrera de los de vieja guardia, con sus corbatas y sus lociones. Pero eso se va a terminar.

Digo, ya vimos a Isabel Arvide, en Turquía, lidiando con la mujer que la cuestionó por gritar un “viva” al Presidente, el día del Grito. Fue conmovedor: hubo momentos en que uno juraba que iba a descontarla de un botellazo, plena de obradorismo. Sin olvidar ese “A ver, tráilo” que le espetó a una empleada de la embajada cuando le dijo que en su contrato no estaba contemplado a saber qué chamba que le impuso la cónsul. O cuando a algún tuitero que le recordó ese audio, filtrado a saber cómo, lo llamó “basura, escoria”.

Claro que nada como lo de Quirino Ordaz. Hace unos días, el rey Felipe recibió en España a seis nuevos embajadores, entre ellos los de Indonesia y Argelia. A quien no recibió fue al exgobernador priista de Sinaloa, al que nuestro tlatoani propuso como representante en aquel país y al que el presidente Pedro Sánchez —que no es que haga muchos ascos, según demuestra, por ejemplo, su alianza con Podemos— le dijo que no, de ninguna manera.

Según ciertas versiones, los españoles tienen evidencias no escasas de sus corruptelas, lo que está muy bien. Que aguanten vara. Este es el país de Irma Eréndira, Guadiana, Napito, Bejarano, Pío, Delfina y Ana Gabi. O nos quieren como somos, o lléguenle. ¿Qué sigue? ¿Qué momentos estelares de la nueva diplomacia veremos? ¿Colgará Yeidckol la Hermès debajo del retrato de Pol Pot en, digamos, París? ¿Noroña en Buckingham? Las posibilidades son infinitas. Bueno, casi. El único límite son las órdenes de aprensión que pesan sobre uno que otro.

POR JULIO PATÁN
COLUMNISTA
@JULIOPATAN09

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