TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

El sector construcción y objetivos de desarrollo sostenible

Ante La crisis de la industria y un panorama poco alentador para este año, el gremio debe aprovechar para analizar e identificar oportunidades, y así lograr un avance más sustentable

OPINIÓN

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Ernesto Beltrán Nishizaki / Tiempo de infraestructura/ Opinión El Heraldo de México

El sector de la construcción es fundamental para el crecimiento de México. En 2020 representó 6.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), a pesar de la crisis por la que atraviesa el sector desde 2016, acentuándose con la emergencia sanitaria. 

Ante esta situación y un panorama poco alentador para este año, el gremio debe aprovechar para analizar e identificar oportunidades para lograr una industria más sostenible.

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En 1987, la Organización de la Naciones Unidas (ONU) definió la sostenibilidad como “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer las necesidades propias”. Comúnmente, la sociedad ciñe este concepto a un tema ambiental, es decir, en la medida en que aportemos al cuidado del medio ambiente somos sostenibles; pero, a lo largo de los años evolucionó el término para lograr una visión holística. 

Ejemplo de esta evolución son los 17 objetivos de desarrollo sostenible publicados en 2015 por la ONU, los cuales han servido de brújula a diversos actores para enfocar sus políticas a un desenvolvimiento económico que permita un mejor porvenir a las siguientes generaciones. En específico, con la industria de la construcción, la ejecución de un proyecto compromete diversos aspectos de los objetivos. Podríamos poner como ejemplo una concesión carretera. 

El constructor en la ejecución del proyecto requiere de personal de diversas especialidades. La contratación permite cumplir con uno de los objetivos, “fin de la pobreza”, pues genera ingresos para empleados y, a su vez, ellos utilizan los recursos para cubrir sus necesidades en otros negocios que requieren mano de obra. De igual forma, requiere hombres y mujeres, por lo que incide directamente en el objetivo “igualdad de género”. Aporta al objetivo de “trabajo decente y crecimiento”, al generar empleos permanentes, permitiendo una dinámica económica en los lugares aledaños. 

En la fase constructiva, la concesionaria debe tramitar autorizaciones ambientales y proponer medidas de mitigación ante el impacto de una obra de ese tipo, buscando la menor afectación al hábitat en el que se desarrolla. Con ello, se busca el principio de “vida de ecosistemas y terrestres”.

Por otro lado, la operación de la carretera aporta al objetivo de “ciudades y comunidades sostenibles”, al crear infraestructura que permita resolver una necesidad de movilidad de forma eficiente, contribuyendo a mejores servicios y menor contaminación del aire.  

Desde la óptica del gremio y no de un proyecto, el sector requiere de un trabajo constante para atender las áreas de oportunidad en esta materia, por ejemplo:

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2018 la industria de la construcción contaba con 676 mil 301 personas en este sector, de los cuales 87 por ciento son hombres, y 13 por ciento, mujeres. Se requieren políticas encaminadas a incentivar la participación de mujeres en el sector, a todos los niveles para lograr una menor desigualdad de género. 

De igual forma, la Comisión Nacional de Vivienda publicó un estudio en el que se señala que el sector construcción genera 50 por ciento de emisiones contaminantes, por lo que requieres de criterios de sustentabilidad en el desarrollo urbano para reducirlos y aportar a la lucha contra el cambio climático.

La industria se encuentra en crecimiento negativo en valor de producción desde el inicio de esta administración, que pasó de 33 mil 683 millones 892 mil pesos, en diciembre de 2017, a 23 mil 730 millones 222 mil pesos en octubre de 2021. Para contrarrestarlo, gobierno y sector privado deben trabajar en un programa de reactivación para lograr crecimiento económico y reducir la pobreza. 

En cuanto al objetivo “producción y consumo responsable”, hay casos como en Quintana Roo y el municipio de Landa de Matamoros, Querétaro, que buscan contribuir con legislación en economía circular. 

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La importancia de esta regulación y de la economía circular en la industria, según la doctora Ma. Cristina Cortinas de Nava, es la reducción del carbono por extracción, fabricación de materiales y construcción, responsables de generar de 5 a 12 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del total nacional. 

En conclusión, la construcción propicia beneficios para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible en sus proyectos; sin embargo, queda un largo trecho para lograr una industria verdaderamente sostenible. El gobierno y la industria deben trabajar de la mano para lograr un México más sostenible. De lo contrario, seguiremos comprometiendo el futuro de las siguientes generaciones.

POR ERNESTO BELTRÁN NISHIZAKI
ASOCIADO DE GALTEC ASESORES
@ERNESTO_BN

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