DESDE AFUERA

Migración y raza: problemas paralelos

EU es un país donde la cuestión racial nunca está del todo lejos de las preocupaciones y se presenta como un factor permanente en la política

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Dos hechos aparentemente disímbolos, el primer centenario de la masacre de Greenwood, donde murieron unos 300 negros a manos de una turba blanca, y la reunión del secretario de Estado Antony Blinken con los ministros de Relaciones Exteriores de Centroamérica y México para abordar temas migratorios, están ligados por uno de los temas más complicados en la sociedad estadounidense: la raza.

En un país donde la cuestión racial nunca está del todo lejos de las preocupaciones y se presenta como un factor permanente en la política, la relación entre la mayoría blanca y las minorías raciales  –en especial afroestadounidenses, latinos y asiáticos– aparece como parte de estrategias electorales.

De acuerdo con un análisis del portal político Axios, la estrategia republicana para las elecciones de 2022 y más allá, "virtualmente aseguran que prácticamente la raza, y el racismo, serán fundamentales en el debate político durante los próximos años".

Según el análisis, basado en una encuesta, el expresidente Donald Trump aprovechó debates alrededor de la cuestión racial para su beneficio propio, pero con o sin él, los republicanos parecen más inclinados a usarla como argumento electoral, sea porque lo ven como necesidad política o un alegato "ganador", por su relación con las leyes de votación, la teoría de la raza crítica, criminalidad en las grandes ciudades, inmigración y corrección política.

En términos generales y un tanto simplistas, los temas raciales oponen a un Partido Republicano mayormente blanco contra un Partido Demócrata que se presenta como campeón de la diversidad racial y, no sorpresivamente, de la migración.

Que durante su campaña electoral de 2016 Trump haya usado con cierto éxito la cuestión migratoria como un argumento para consolidar su posición y se haya aliado, de hecho, con grupos considerados como racistas para fortalecer la coalición política republicana durante su régimen, dio fuerza a la percepción de unos y otros.

El choque se presenta en muchos frentes. Lo mismo en los debates sobre la relación entre la Policía y las minorías que en lo que respecta a oportunidad económica o igualdad ante la ley. Y por supuesto, en torno a la migración: el encuentro del martes en San José de Costa Rica buscaba formalmente encontrar fórmulas que permitan regular o reducir los flujos migratorios, en vez de sólo contenerlos por la fuerza.

Estados Unidos ha adelantado un largo camino desde aquel 31 de mayo de 1921 en Greenwood, un suburbio de Tulsa (Oklahoma) conocido como el Wall Street negro por una prosperidad demolida por la intolerancia blanca.

Igualmente, las actitudes han cambiado mucho respecto a los latinos y la deportación masiva de méxico-estadounidenses y mexicanos en los años 30, con todo y los llamados por la construcción de muros fronterizos. 

Pero en el fondo, las percepciones sobre raza y migración persisten, favorecidas por conveniencias políticas. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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