A Morena le fue bien en las elecciones del 6 de junio, pero los resultados en la Ciudad de México le fueron adversos. Duro golpe. No es un tema menor, porque en la capital habita la ciudadanía más participativa, politizada y progresista del país. Una población que históricamente ha luchado por sus libertades y derechos. Desde 1997 es gobernada por la izquierda. Sin el apoyo de las y los capitalinos, Andrés Manuel López Obrador nunca hubiera ganado la Presidencia de la República.
La tragedia de la Línea 12 del Metro fue una variable, también las campañas negras de la oposición, pero éstas siempre han existido en la misma o mayor intensidad. Entre las razones importantes que explican este resultado está que Morena perdió las clases medias en la CDMX. Un porcentaje considerable de ciudadanos clasemedieros, desencantados o molestos, no salieron a votar, anularon su voto o votaron por otro partido. La pregunta que clama respuesta es: ¿Por qué se dio este fenómeno político-social en la capital?
El discreto encanto de la clase media está precisamente en la dificultad para comprenderla. Estudiar a las clases medias es uno de los temas más apasionantes de las ciencias sociales y un gran reto para los políticos. En el ámbito electoral, las clases medias tienen peso cuantitativo y cualitativo. Es el voto más libre y por tanto más variable de elección en elección. Son los grupos poblacionales más influyentes en la opinión pública y en la construcción de percepciones.
El gobierno de AMLO carece de políticas para las clases medias. Sin razón las ha castigado y estigmatizado. Las clases medias rechazan la imposición de etiquetas o la disyuntiva de “estás conmigo o en mi contra”. Tampoco le gusta que agredan a las instituciones que ha creado, como el INE. Se les tiene que convencer, no pedir actos de fe. AMLO prioriza la atención a los sectores más pobres, lo cual es correcto, sin embargo sus acciones no pueden tener como destinatario únicamente a un sector poblacional. Para bien de todos, primero los pobres, pero los de en medio también tienen necesidades, aspiraciones, votan e influyen.
AMLO se distanció de los sectores progresistas de la sociedad que tienen su sede principal en la CDMX. No termina de comprender las nuevas vertientes feministas, de la diversidad o los grupos que están a favor de la legalización de la mariguana. El Presidente y la Jefa de Gobierno tienen buena percepción, pero varios alcaldes morenistas fueron pésimos gobernantes y no pocos diputados son prácticamente desconocidos en sus distritos.
Es falso una CDMX dividida como Berlín en la Guerra Fría. La Ciudad es mucho más compleja, diversa y plural que ese mapa electoral. Para recuperar la capital, la jefa de Gobierno, el Presidente y Morena tendrán que establecer una estrategia de mayor apertura, pluralidad, sensatez y eficacia. Así, como políticas más amplias e inclusivas.
ONEL ORTIZ FRAGOSO
ANALISTA POLÍTICO Y ASESOR PARLAMENTARIO
@ONELORTIZ
MAAZ