OJOS QUE SÍ VEN

Las extrañas prioridades

Prefiere una vieja refinería que invertir en seguridad aérea que traería más negocios

OPINIÓN

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Jesús Martín Mendoza / Ojos que sí ven / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La escala de prioridades de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, son simplemente inexplicables. Lamentablemente está lejos de decidir por el beneficio de la sociedad. Lo hace en función de un cálculo político electoral, del capricho e imagen personal. El proceso de adquisición de la refinería de Shell en Deer Park, Texas, es una muestra de ello. Con la idea de que se trata de un “buen negocio” para nuestro país, destina casi 600 millones de dólares, el equivalente a 12 mil millones de pesos para la adquisición del 50% de las acciones de una planta, en buenas condiciones, pero obsoleta.

Es decir, la planta que quiere comprar nuestro administrador en el Palacio Nacional es lo más parecido a un auto chocolate, de esos que se ven bonitos, pero son obsoletos, van de salida y son altamente contaminantes. Por más que la secretaria de energía, Rocío Nahle, se empeñe en justificar la compra como una adhesión al proyecto de Dos Bocas, el precio, aunque altísimo para la antigüedad de la planta, es 14 veces inferior a lo que finalmente costará la nueva refinería. ¿Por qué lo hace? ¿Acaso siente que comprar terreno en Texas es una especie de repatriación de lo arrebatado a México en 1848? Si esa es su justificación, sus objetivos históricos nos salen muy caros. López Obrador decidió destinar dinero a la compra de la mitad de una obsoleta refinería, en lugar de destinarlo para el mantenimiento de los protocolos de seguridad del espacio aéreo, que al mantenerse en categoría uno de seguridad, hubiesen resultado en mayores beneficios económicos para nuestro país, al mantener la conectividad y, por lo tanto, el interés de invertir en México por parte de los inversionistas extranjeros.

Aún cuando la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de Jorge Arganis, asegura que ya trabaja para recuperar la calificación uno de seguridad del espacio aéreo, la solicitud de una nueva auditoría podría tardar lo que resta de la presente administración. Y por si fuera poco, el miércoles pasado, López Obrador aseguró que parte del dinero con el que se comprará la chatarra de refinería será con recursos que dejaron de entregarse al Fondo Nacional de Desastres Naturales.

Las prioridades del Presidente no se entienden. Prefiere una vieja refinería que invertir en seguridad aérea que traería más negocios, más empresas y más divisas. Con esta compra lanza el mensaje de que quiere seguir en la fiebre del petróleo del siglo pasado y peor aún, quiso vender a Estados Unidos un avión presidencial y terminó comprando una planta chocolate. Los vecinos del norte deben estar felices, felices.

CORAZÓN QUE SÍ SIENTE

Quiero insistir en lo inútil de anular el voto. A nadie la importan los votos nulos, no sirven para nada, no le importan a nadie y menos dan una lección a alguien. Esfuércese, lea, decida y vote el domingo 6 de junio.

POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
@JESUSMARTINMX

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