OJOS QUE SÍ VEN

El analfabeta

El Presidente está desconectado de la realidad y en lugar de corregir se aísla cada vez más, se le ve más solo y con más disidencia en su entorno. Ya es un caso perdido

OPINIÓN

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Jesús Martín Mendoza / Ojos que sí ven / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace 26 años, un libro y su autor revolucionaron el concepto que teníamos sobre la inteligencia humana. “Inteligencia Emocional” de Daniel Goleman, psicólogo, periodista y escritor estadounidense de 75 años, enseñó al mundo el reconocimiento de las emociones de cada persona, el entendimiento de las emociones de los demás, la regulación de estas emociones para la adaptación al entorno, pero, sobre todo lo más importante, el conocimiento de nuestras emociones para normar nuestro pensamiento y conducta.

El texto se convirtió en uno de los más importantes de su época y sigue siendo hoy guía para la comprensión de la inteligencia humana. La incapacidad en el manejo emocional y la falta de percepción de lo que siente el otro es considerado como “analfabetismo emocional”.

Al analizar objetivamente las reacciones del presidente de México Andrés Manuel López Obrador, se manifiesta una preocupante “falta de empatía”, como lo han descrito algunos analistas, pero en realidad estamos ante un grado de analfabetismo emocional de nuestro empleado en Palacio Nacional.

La tragedia en la línea 12 del metro provocó un fuerte impacto en la opinión pública por la forma de la muerte de las víctimas; prensado entre dos trenes que cayeron desde 10 metros de altura. La búsqueda de las madres de sus hijos, de las esposas de sus maridos que regresaban del trabajo, incrementó el drama de una tragedia que nunca debió ocurrir.

¿Qué hizo el Presidente? Minimizó los hechos. Al día siguiente de la tragedia estaba más preocupado por hablar de vacunas que por la tragedia. Decidió no ir a ver a los heridos y familias de los fallecidos argumentando que no se prestaría a espectáculos mediáticos y dijo “al carajo”.

Pero una semana después montó un espectáculo en la mañanera con Eugenia León como regalo de Día de las Madres, mientras a las afueras de Palacio Nacional, madres de familia lloraban la pérdida de sus hijos.

Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación, sensible al dolor se levantó y atinadamente salió a atender a las adoloridas mujeres. Aún con el dolor de la tragedia y las personas que siguen muriendo por COVID, el Presidente se exhibió en Oaxaca
comiendo tlayudas y “plátano macho, maduro, asado y con queso”, como si en México no pasara nada.

Total, absoluta falta de empatía, inexistente inteligencia emocional. Y para rematar ayer, a manera de afrenta, volvió a hablar de restaurantes y comida, además de anunciar festejos, sí festejos, por los 500 años del descubrimiento de Tenochtitlán. El Presidente está desconectado de la realidad y en lugar de corregir se aísla cada vez más, se le ve más solo y con más disidencia en su entorno. Ya es un caso perdido.

Corazón que sí siente. Los efectos políticos de la tragedia en la línea 12 del Metro son evidentes. Ya veremos cómo se moverá la intención de voto en la capital. Nadie tiene seguro su triunfo.

Por JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
@JESUSMARTINMX

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