COLUMNA INVITADA

Los errores profundos de Morena

En menos de tres semanas se celebrarán elecciones para renovar cargos de elección popular. En este contexto es necesario partir de los antecedentes inmediatos

OPINIÓN

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Martha Gutiérrez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En menos de tres semanas se celebrarán elecciones para renovar cargos de elección popular. En este contexto es necesario partir de los antecedentes inmediatos.

En 2015 Enrique Peña Nieto logró con sus alianzas alcanzar apenas la mayoría en la Cámara de Diputados, sin embargo en las legislaturas locales y en varios municipios importantes del país tuvo derrotas muy profundas.

Por su parte Felipe Calderón sufrió una derrota electoral al perder ampliamente la mayoría frente el PRI, abriéndose un frente más al que ya venía arrastrando desde el inicio de su gobierno creado por la "izquierda" que le puso el mote de  "espurio", y a los cuestionamientos por su estrategia de seguridad y de combate al crimen organizado.

Esa fue tal vez la última ocasión en la que el PRI funcionó realmente como una institución electoral, ya que posteriormente fue sustituida por los gobernadores y caciques locales. Que finalmente terminaron en lo que hoy se denomina Morena, todos ellos confundidos, extraviados y en negociaciones que ni ellos mismos confían.

Por ello, toma especial relevancia lo que Andrés Manuel López Obrador afirma reiteradamente cuando se refiere a Morena: Es mucho pueblo para tan poco partido. De inicio, porque por diseño presidencial no es un partido nacional. En segundo lugar, porque la elección de sus candidatos ha sido completamente fallida, la operación territorial y organizativa absolutamente omisa, y su narrativa patética.

En síntesis, no existe partido. Cometieron en varios estados errores imperdonables para elegir a sus candidatos, además de la imposición a partir de berrinches como por ejemplo en Guerrero, Michoacán, San Luis Potosí, Campeche y CDMX. En San Luis Potosí el asunto Gallardo  y sus nexos que apuntan hacia un financiamiento ilegal de su campaña, y el compromiso que Mario Delgado adquirió con el mismo Gallardo y Héctor Serrano, quienes financiaron los excesos de su campaña interna hacia por la Presidencia de Morena, denunciada por Porfirio Muñoz Ledo.

Por si fuera poco la vergonzosa e irrisoria designación de plurinominales, que también deja al Presidente de la República en una condición vulnerable hacia el futuro, principalmente con las mujeres, las minorías, el estado de Derecho, entre otros, cuya lista de recriminaciones es cada día más extensa.

Dejaron las elecciones intermedias en una marcada dependencia de lo que Presidente haga desde su ámbito, su desempeño y eficacia, esto definitivamente no ha sido una buena idea, si consideramos los malos resultados de la economía, el mal manejo de la pandemia, e incidentes nacionales como la desgracia de la Línea 12 del Metro, y por otra parte los límites impuestos por la Ley Electoral que paradójicamente ellos mismos impulsaron con el fin de frenar al PRI y que hoy se vuelve contra si mismos en las mañaneras.

Porque la realidad es que sí ha menguado el control de la agenda pública y su dinámica comunicacional. Además, por supuesto que los llamados siervos de la Nación y la estructura nacional en la que tanto confiaba el Presidente López Obrador notoriamente, revelarán lo mismo que ocurrió con gobiernos anteriores, que nada de eso es suficiente cuando hay malos gobiernos, pésimos candidatos y estrategias viscerales, sin dejar de lado que en zonas urbanas y de alta plusvalía existe un serio reclamo hacia el actual gobierno.

Seguramente pasadas las elecciones habrá cambios en ese partido, porque desde hace dos meses es cada vez es más evidente que el Presidente no recibe a Mario Delgado. A Andrés Manuel López Obrador le pasó lo mismo que a Enrique Peña Nieto y que a Felipe Calderón.

La elección se le salió de las manos, se cerró e intentará apretar de último minuto para ver si alcanza la mayoría en la Cámara de Diputados. Curiosamente muy parecido al 2009 y al 2015. Porque por más que afirmaba que sería distinto, vemos como a López Obrador lo mismo que a todos, se le subió el poder a la cabeza, y como a ellos se le olvidó que lo importante está en otros lados.

Por pereza o por desidia todos eligieron a personajes que no comprendieron sus retos, fundamentalmente los de este país. Decidieron elegir a los que grillaron más. Que ironía para Andrés Manuel López Obrador, que cuando se creyó ser diferente, resultó un fiasco igual que todos.

Mi pronóstico para el 2021 es similar al 2015 del Presidente Peña, lo que sigue, es todos contra Claudia.

Y no es pregunta.

POR MARTHA GUTIÉRREZ
ANALISTA EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
@MARTHAGTZ

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