CONTRA LAS CUERDAS

La zona más rota de la ciudad

“Cuando llovía nos inundábamos, después del terremoto ahora se inundan mis vecinos”

OPINIÓN

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Alejandro Sánchez / Contra las Cuerdas / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Después de un recorrido de 2.5 kilómetros, desde la confluencia de Muzio Clementi y Payaso en la Nopalera, vemos el paso elevado de la Línea 12 del Metro y a tiro de piedra está el tramo colapsado de Los Olivos. En esa esquina, el señor Orduño acomoda sus frutas y legumbres, mientras, a la distancia, sobre Clementi, el chofer de un tráiler maniobra para doblar la esquina y tras una intensa lucha logra sacar la unidad. Ahora vemos que viene hacia nosotros en una especie de bajada.

“Hasta hace no mucho todo era una planicie”, me dice el señor Orduño, quien trae los dedos entablillados por un incidente al cargar sus cajas de frutas. “Antes, nosotros nos inundábamos; ya nomás llovía y decíamos: ¡Ay Dios!. Sacábamos las escobas y empezabamos a barrer intentando que el agua no se nos metiera. Pero después de los sismos de 2017, mi casa ya no se inunda, ahora los que se inundan son mis vecinos de más atrás”, agrega don Francisco, su nombre de pila y señala su vivienda, o mejor dicho su predio.

Poco después de los sismos, su casa tuvo que ser demolida por las fracturas en toda la estructura arquitectónica. Ahora está bardada con tablones, de donde mete y saca toda su mercancía que ofrece a los vecinos en un puesto improvisado y techado con lona en la esquina de Clementi y Payaso. Nadie en la alcaldía de Tláhuac sabe decirle cuándo van a volver a retomar las obras para ayudar a los damnificados que aún siguen sin casa. Desde hace cuatro años renta un par de cuartos, a 300 metros de su changarro.

Como he relatado, recorrí las grietas de Tláhuac y lo que les cuento del señor Orduño no es lo peor. Corroboro que la avenida La Turba, una de las principales que conectan las colonias Del Mar, Miguel Hidalgo, Agrícola Metropolitana y Nopalera, hasta llegar a la zona cero de Los Olivos, es una de las más rotas de la Ciudad de México.

Lo sé, no sólo porque se ven los parches que botan de las banquetas, maquilladas con tezontle y cemento, y que atraviesan la avenida como si fueran relámpagos caídos en una tempestad, sino porque a pesar de las esquivas de la UNAM para permitirme hablar de manera oficial con alguno de los expertos de la comisión encargada de estudiar las grietas de la alcaldía, he logrado contactar extraoficialmente a uno de ellos.

Me confiesa que los resultados del estudio no se han entregado como se comprometió la máxima casa de estudios y autoridades locales, porque nadie ha llegado al fondo de las grietas y la conclusión es que la zona debería declararse no apta para vivir. El contacto me anotó una dirección por Whats para que la enfocara en mi recorrido. Es Alcestis, esquina con Guillermo Dufay, Agrícola Metropolitana, donde la calle quedó con un desfase de más de 60 centímetros. En el punto el tránsito parece el nacimiento del pie de una loma.

A esos terrenos por donde corre el Metro agregue usted las fallas de origen del Metro, la falta de mantenimiento y el valemadrismo de las autoridades. Lo peor es que la UNAM cargará también con la responsabilidad de haber concedido los certificados de construcción de la Línea 12.

POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
CONTRALASCUERDASMX@GMAIL.COM 
@ALEXSANCHEZMX

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