COLABORADOR

JID y amenazas a la seguridad hemisférica

La aportación de las FFAA para la estabilidad y prosperidad de la región es fundamental y el papel de la JID es crítico

OPINIÓN

·
Íñigo Guevara Moyano / Colaborador. / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

A 15 años de su adhesión a la Organización de Estados Americanos (OEA), la Junta Interamericana de Defensa (JID) busca redefinir las amenazas hemisféricas en un momento crítico para la región: los desafíos son ahora el crimen trasnacional, los fenómenos naturales acelerados por el cambio climático, las pandemias, los estallidos sociales propiciados por una profunda desigualdad económica y la actividad encubierta de actores estatales extrahemisféricos que amenazan, tanto a los recursos naturales, como a la democracia. 

La aportación de las Fuerzas Armadas (FFAA) para la estabilidad y prosperidad de toda la región es fundamental, y el papel de la Junta Interamericana de Defensa es considerado crítico.  

Así, esta semana se realizará el seminario "El papel cambiante de las Fuerzas Armadas y sus posibilidades para mitigar y enfrentar nuevas amenazas", organizado por la JID, el organismo militar multilateral más antiguo, y uno que ha evolucionado significativamente desde su creación en 1942. 

Establecido durante la Segunda Guerra Mundial (2GM) para coordinar la defensa del hemisferio ante la amenaza del Eje (Japón, Alemania e Italia), su función inicial fue coordinar la modernización de las Fuerzas Armadas latinoamericanas. 

En esos años, la JID canalizó el equivalente de cinco mil 600 millones de dólares de 2021, en ayuda militar de Estados Unidos a Latinoamérica. 

Con la Guerra Fría, dicha institución se reorientó para contrarrestar una nueva amenaza hemisférica: el comunismo. Sin embargo, como fue una invasión ideológica y no un desembarco anfibio, la Junta Interamericana se enfocó en apoyar el fortalecimiento de los gobiernos anticomunistas –en su mayoría militares– y una vez más, llevó a cabo la entrega de ayuda militar desde Estados Unidos en forma de entrenamiento y equipo, principalmente para la contrainsurgencia. 

En los años 70, con la negativa de Estados Unidos de proveer armamento sofisticado a América Latina, la JID comenzó a perder influencia; las naciones establecieron relaciones comerciales-militares con Europa, Israel e incluso con la URSS. 

En los años 80, la junta perdió aún más influencia, pues Estados Unidos la marginó al colocarse en Centroamérica, con su apoyo a la Contra en Nicaragua, e intervenciones en Granada y Panamá. 

Con la caída del comunismo, en 1989, comenzó un proceso de definición de nuevas amenazas. 

El crimen organizado trasnacional –principalmente el narcotráfico– empezó a atraer la atención de la JID y el terrorismo se incorporó a la lista, luego de que se llevaron a cabo los atentados del 11 de septiembre de 2001. 

Sin embargo, ya era claro que la Junta Interamericana de Defensa debía adaptarse al nuevo mundo multipolar: la transformación más significativa fue su incorporación a la OEA, en marzo de 2006, cuando se convirtió en el principal órgano de asesoría técnica, consultiva y educativa, sobre los asuntos militares y de defensa de la organización antes mencionada.  

Cabe destacar que, hasta ese entonces, la presidencia de la JID había sido ocupada por un General o Almirante de Estados Unidos y desde entonces, la han desempeñado las siguientes naciones: Brasil, Canadá, Colombia, Chile, México y Perú. 

Actualmente, la preside el General Luciano José Penna, de Brasil. El primer mexicano en presidir la JID fue el General, Luis Rodríguez Bucio (2018-2019) y ahora el General mexicano, Juan José Gómez Ruiz ocupa la Dirección General de la secretaría de la JID.   

POR ÍÑIGO GUEVARA MOYANO
DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA JANE'S EN WASHINGTON, DC
ORBE@ELHERALDODEMEXICO.COM

jram