COLUMNA INVITADA

Hagamos realidad el derecho a la vivienda de los jóvenes

Contrario a lo que muchas personas en México creen, la mayoría de las y los jóvenes sí queremos independizarnos de nuestros padres y dejar el hogar familiar

OPINIÓN

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Temístocles Villanueva Ramos / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Contrario a lo que muchas personas en México creen, la mayoría de las y los jóvenes sí queremos independizarnos de nuestros padres y dejar el hogar familiar.

Pero no siempre se puede y el problema es estructural. De acuerdo con un estudio hecho por el sitio web Dada Room en 2018, aproximadamente 72% de las personas jóvenes en México cree que la edad ideal para independizarse es entre los 21 y 26 años.

Pese a ello, México es uno de los países con la edad de emancipación más alta. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, la edad promedio de emancipación de las personas jóvenes en México es de poco más de 30 años, casi una década más que la edad promedio que presentan países con ingresos básicos altos, como Suecia, que tiene una edad promedio de emancipación de 21 años.

La realidad de la juventud en México tiene que ver más con una serie de factores sistémicos que con la indecisión de la que se les suele acusar. Factores como los salarios que perciben las y los jóvenes y los altos costos de vivienda en la Ciudad de México, representan una barrera casi insondable para la adquisición de una vivienda.

Tiene que ver también con otra serie de retos y limitaciones, como la falta de opciones crediticias para personas jóvenes. La situación no es más alentadora cuando se trata del arrendamiento, la otra gran opción que tenemos las personas jóvenes para independizarnos y tener una vivienda fuera del hogar familiar.

Según los esquemas de finanzas personales no se debe dedicar más de 30% del ingreso mensual al pago de vivienda. Esto se vuelve imposible comparando los ingresos promedio y los costos de la renta. La mayoría de las y los jóvenes de nuestra Ciudad, debido a viejas políticas enfocadas en nociones de adultez que ya no son vigentes, ven vulnerado el derecho a la vivienda por condiciones estructurales que les superan en todos los sentidos.

Esto demanda nuestra atención y acción. Bajo el reconocimiento de esta realidad es que he decidido proponer una iniciativa de reforma para garantizar el derecho a la vivienda accesible y asequible de personas jóvenes en nuestra Ciudad, mediante su inclusión 1 en los ordenamientos y programas enfocados a garantizar el derecho a la vivienda en la Ciudad.

Las rutas a tomar deben atender los dos problemas, el de la adquisición y el del arrendamiento, mediante las instituciones con las que la capital ya cuenta buscamos ofrecer opciones de vivienda. Complementando los trabajos que ya hacen al respecto la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda y el Instituto de Vivienda de la Ciudad de México es posible generar programas y esquemas de crédito a la compra y subsidio al arrendamiento que permitan a las y los jóvenes acceder a su primera vivienda y empezar una vida independiente bajo un techo digno, accesible y asequible.

La discriminación por edad genera desigualdades en oportunidades y derechos; las y los jóvenes merecemos tener las mismas condiciones y oportunidades al inicio de nuestra vida independiente, pues estos años son la base del plan de vida que habremos de seguir en adelante.

Un gobierno responsable con la igualdad y los derechos debe ser capaz de proveer este piso parejo como un tema de justicia social que nos toca: dejar de ver a las personas jóvenes al margen, y ponerlas en el centro de nuestra labor política.

TEMÍSTOCLES VILLANUEVA

PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS DEL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

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