COLUMNA INVITADA

Violencia política a Josefina Vázquez Mota

Llama la atención que la senadora panista no haya denunciado la violencia de la que dice fue objeto cuando aceptó ocupar cargos o candidaturas

OPINIÓN

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Martha Gutiérrez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace unos días, Josefina Vázquez Mota expresó públicamente que sufrió violencia de género por parte de Felipe Calderón y Vicente Fox. Poco después del 8M y de la aproximación de desdén (por llamarle de manera sutil) a la postura que tomó el Presidente de la República y su gobierno hacia el movimiento feminista. 

Llama particularmente la atención que la senadora panista no haya denunciado la violencia de la que dice fue objeto cuando aceptó ocupar el lugar número uno de la lista de representación proporcional al Senado de la República, negociada por Ricardo Anaya, o cuando aceptó ser candidata al gobierno del Estado de México, a la Presidencia de la República, o cuando fue diputada federal plurinominal, secretaria de Educación Pública y secretaria de Desarrollo Social. Curiosamente lo hace en el marco del movimiento más visible, que va en aumento y que ha creado una incipiente oposición (la única) en nuestro país, al régimen de Andrés Manuel López Obrador.

Más allá de lo que significa que una mujer de la talla de Josefina Vázquez Mota haya errado en comprender, transmitir y aliarse a la causa de la violencia política que acusó, porque simplemente no comprendió la extensión y significado del término, ya que en sendas comunicaciones con los expresidentes Fox y Calderón aseguró que básicamente no la habían apoyado en su camino a la candidatura presidencial del PAN y por ende había sufrido violencia política de género, lo relevante es la confesión expresa de una alianza de facto desde hace años por parte del presidente de la República en turno.

En dos sentidos, este curioso feminismo, revela lo que hoy sufrimos los ciudadanos: una pérdida absoluta de ideología, alianzas económicas de elite, traiciones y desencuentros de políticos que supuestamente representaban valores. 

Se la hicieron a Vázquez Mota, pero en realidad la violencia política se la aplicaron al país entero, porque justo con esa lógica y conductas replicadas a lo largo y  ancho del país fue que eligieron a miles de alcaldes, diputados, senadores, gobernadores, en general gobernantes que jamás cumplieron con las características necesarias para representar a la población, vamos ni siquiera de cumplir la Constitución.

Cansados de eso, los empresarios (parte fundamental de este desarrollo) y el pueblo mexicano decidió votar por la hoy llamada 4T como concepto y AMLO como cabeza. No hablemos de Morena porque sólo representa un instrumento, como seguramente habrá otros para el 2024, pero por lo pronto ese es problema en el que nos encontramos los mexicanos.

Porque por más feminismo que exista, o cualquier otra causa o bandera social, la realidad es que hay muchos políticos que perdieron desde hace años la brújula, por eso a pesar de encontrarnos con un país dividido, una buena parte de la población sigue confiando en AMLO y su movimiento a pesar de casi tres años de desgobierno.

Eso, es lo relevante, Vázquez Mota hizo visible y evidente lo que no era en la vía de la confesión expresa, sobre todo que también nos dice que realmente no hay argumentos que se hayan elaborado para modificar nuestra situación política y electoral.

Porque quién hoy está en el poder lo entiende y por más movimientos que existan sabe bien para que sirve y lo hará valer, así empresarios y oposición se unan para intentar derrocarlo.

Y no es pregunta.

POR MARTHA GUTIÉRREZ
ANALISTA EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
@MARTHAGTZ

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