CAMPUS

Esperando a Godot

Los apologetas del régimen escriben hilos en Twitter y dan entrevistas afirmando que en el país “hay más vacunas que población vacunable”

OPINIÓN

·
Alejandro Echegaray / Campus / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¡Ya vienen 200 mil más, la próxima semana llegarán 800 mil adicionales!” exclaman extáticos los siervos de la nación que informan del influjo de vacunas al país. El canciller Marcelo Ebrard publica una foto en su cuenta de Twitter donde establece que las vacunas Sputnik V “ocupan toda el área de carga del avión”.

Los apologetas del régimen escriben hilos y dan entrevistas afirmando que “hay más vacunas que población vacunable”. El secretario Arturo Herrera mete el hombro y revela que antes de las elecciones habrá 80 millones de mexicanos inmunizados. Ojalá todo fuera cierto, aunque implica vacunar ipso facto a casi seis millones de personas a la semana.

La realidad es que al ritmo actual tardaríamos cuatro años en inmunizar a 70 por ciento de la población. Erradicar la pandemia no ha sido prioridad para el gobierno ni las autoridades sanitarias. El primer mandatario gobierna con base en anécdotas que se narran en su círculo íntimo.

La idea de que se podría vacunar a amplios sectores de la población gracias al programa COVAX y a la caridad de los países ricos deslumbró al Presidente. Por fin le presentaban un escenario donde todos ganaban; podría cumplir su compromiso con los mexicanos más pobres, vacunar a todos los vacunables y, por fin, erradicar el virus que le ha impedido avanzar con la transformación de México. ¡Y todo sin abultar los bolsillos de las farmacéuticas!

Con las elecciones de junio en mente y con los viales de cortesía recibidos de Rusia, India y Estados Unidos, el presidente se aprestó a vacunar a algunos médicos de los hospitales del sector salud, a personas de la tercera edad en demarcaciones de la Ciudad de México, a maestros campechanos y a ancianos en los municipios más alejados del país, en donde no hay contagios. Contraviniendo el sentido común y las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para iniciar en zonas urbanas, donde hay mayor transmisión del virus, y privilegiar a individuos con enfermedades crónicas que pudieran ser más vulnerables a la COVID-19.

La pandemia se ha querido erradicar con buenos deseos más que con políticas eficaces. México ha estado lejos de los ritmos de vacunación que en Estados Unidos, Israel y los Emiratos Árabes han disminuido los contagios, los ingresos hospitalarios y las muertes de sus ciudadanos. En esos países se podrá evitar que el coronavirus SARS-CoV-2 se vuelva endémico y proliferen nuevas variables y mutaciones para las que no haya una vacuna disponible, pero en México no ha sido igual.

La vacunación masiva es indispensable para permitir la recuperación económica y el regreso generalizado a las aulas. La brecha que la pandemia ha generado entre los educandos de zonas urbanas y afluentes versus rurales y pobres es todavía inconmensurable pero tardará lustros en subsanarse. Este será otro año perdido. Y las autoridades sanitarias no pueden dejar a los mexicanos ­—como en la obra de Beckett— esperando a Godot.

POR ALEJANDRO ECHEGARAY
POLITÓLOGO
@AECHEGARAY1