COLUMNA INVITADA

Aniversario luctuoso de Madero y Pino Suarez

Esta semana recordamos su aniversario luctuoso, pues, estos proditorios homicidios han sido clave para entender la historia de la Revolución Mexicana

OPINIÓN

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Alfredo Ríos Camarena/ Columna Invitada/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

En memoria de un mexicano inteligente y patriota, Fausto Cantú Peña, en paz descanse.

El 22 de febrero de 1913 fueron cobardemente asesinados el Presidente Francisco I. Madero y el Vicepresidente José María Pino Suárez; esta semana recordamos su aniversario luctuoso, pues, estos proditorios homicidios han sido clave para entender la historia de la Revolución Mexicana. Madero fue un hombre bondadoso, patriota y luchador incansable, sin embargo, su actitud generosa lo llevó a cometer errores que fueron aprovechados por la Contrarevolución y que permitieron el Cuartelazo, desde los propios Tratados de Ciudad Juárez y el haber permitido que Francisco León de la Barra asumiera la Presidencia de la República y, alentara, a las fuerzas conservadoras, a contribuir a lo que sería la caída trágica del gobierno de Madero.

Licenció a las tropas de la Revolución y mantuvo en su puesto a los militares del viejo régimen; mismo error que muchos años más tarde cometió Salvador Allende, que dio lugar a su martirologio. En ambos casos, está probada la intervención norteamericana que impuso, durante más de medio Siglo en América Latina, gobiernos títeres, basados en la represión de dictadores militares.

Es importante analizar y reflexionar sobre la tragedia de Madero y Pino Suarez. ¿Por qué el Presidente William Howard Taft permitió a su siniestro embajador Henry Lane Wilson derrocar al régimen de la Revolución? ¿Por qué, al cambiar el Presidente en los Estados Unidos con Woodrow Wilson, éste combatió abiertamente a Victoriano Huerta, aun cuando violó abierta y absurdamente nuestra soberanía con la invasión de Veracruz? ¿Cuáles han sido las fuerzas que han operado atrás de este escenario?, dónde al parecer, grandes intereses del Imperio son los que se alinean para quitar y poner presidentes. Sin duda la apropiación de la riqueza petrolera, energética y minera son parte de las respuestas.

Es verdad que Madero sufrió un ataque de “la prensa reaccionaria” de su tiempo, como pocas veces ha sucedido, pero no lo derrocó la prensa, fueron las fuerzas militares aliadas a los intereses foráneos.

Hoy en día estamos nuevamente frente a disyuntivas serias respecto al Estado Nacional que, para lograr sus objetivos sociales, requiere fundamentalmente de un Estado fuerte.

La claridad y la objetividad nos explican –sin la menor duda— que los objetivos del Estado Nacional Mexicano deben estar vinculados a la política de redistribución de la riqueza; mientras que, la economía –sustentada por el mercado— tiene un sólo fin, que es el lucro y la ganancia.

Se equivoca el Presidente López Obrador cuando piensa que esta utilidad debe ser racional. El aceite que mueve a la maquina capitalista está sustentada en la acumulación de capital, como regla fundamental del sistema, entre más ganancias para las grandes trasnacionales, se cumple mejor el designio de esta teoría económica.

No se pueden refrendar las ganancias y el lucro, sino a través de la acción decidida del Estado, cuyo primer peldaño –para este logro— es la política fiscal.

Recordar a Madero y a Pino Suarez en estas horas, implica hacer una reflexión que tenga como objetivo detener la absurda polarización que hoy sufrimos y darle cause a soluciones congruentes, con nuestros paradigmas constitucionales.

No olvidemos que en el México de nuestros días, también ha sido sustituido un Presidente xenofóbico y reaccionario en el vecino país del norte, por un demócrata de gran experiencia política.

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM

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